Ciudad Valles, S.L.P.- Un nuevo caso de abuso policial en Ciudad Valles fue exhibido en redes sociales. Esta vez, la víctima fue una familia completa: un padre detenido a la fuerza, una madre embarazada abandonada en la vía pública con sus hijos pequeños, y todo por el polarizado de un automóvil.
La agresión ocurrió cuando un matrimonio vallense viajaba con sus hijos por la calle Hidalgo. Al notar que eran seguidos por una patrulla, decidieron desviarse por Porfirio Díaz y luego por Abasolo, justo frente a cámaras de vigilancia y comercios, para dejar evidencia en caso de ser necesario. Y así fue.
Los agentes les marcaron el alto. Minutos después, uno de ellos informó al conductor que sería multado por el polarizado. El hombre explicó que sufre un problema en la retina izquierda y que, por prescripción médica, instaló un polarizado dentro de los límites legales para protegerse de la luz. Les mostró su licencia, la tarjeta de circulación y otras identificaciones. Incluso les dijo que procedieran con la multa, que no había problema. Pero esa respuesta pareció molestar aún más a los policías.
En respuesta, los agentes llamaron refuerzos. En cuestión de minutos llegaron al menos cinco policías más y entre todos forcejearon con el conductor para detenerlo, como si se tratara de un delincuente peligroso.
La esposa del detenido, Rebeca, quien está a punto de dar a luz, bajó del automóvil gritando que no lo golpearan, mientras sus dos hijos lloraban dentro del vehículo viendo cómo arrestaban a su padre. “Me dejaron sola en medio de la calle, embarazada, con mis dos niños y el carro. No puedo manejar en estas condiciones, y mi esposo desde un inicio les dijo que hicieran la infracción, que no había problema”, relató la joven madre, entre el coraje y la impotencia.
La familia iba a hacer las últimas compras antes del parto. Debido a su estado, Rebeca ya no puede conducir ni salir sola. Tras la detención arbitraria, tuvo que pedir ayuda a familiares para que alguien manejara su vehículo y para liberar a su esposo, quien fue encerrado en una celda. Para que lo soltaran, tuvieron que pagar una fianza y además otra multa “por nada”, como ella lo describió.
“Uno ya no sabe qué hacer… qué pensar. Se supone que ellos están para protegernos, pero ahora hasta miedo dan. ¿Hay que tolerar este tipo de abusos de parte de quienes deberían cuidar a nuestras familias?”, cuestionó Rebeca.
Hasta este viernes, ninguna autoridad había emitido un comunicado sobre estos hechos, pese a que hay testigos, videos y evidencia clara del abuso de poder por parte de la Policía Municipal.
