
Todas las mañanas, los habitantes de las colonias al norte de la zona metropolitana despiertan con una nata de niebla, la cual es provocada por todas las ladrilleras que se encuentran en esta parte de la ciudad. La visión a lo largo de las calles que dividen San Luis Potosí y Soledad se ve impedida por la enorme cantidad de humo que provocan.
A lo largo y ancho de las colonias Tercera grande y chica, así como en Piquito de Oro en la capital y las secciones 1 y 2 de Santo Tomás en Soledad, despiertan diariamente con una capa de neblina provocada por la humareda de las ladrilleras.
Esto ha provocado severas enfermedades respiratorias en los colonos y en los pequeños que ahí habitan. Además, el olor que provocan es insoportable pues lo que desprenden las ladrilleras se combinan con la quema de basura que hacen los carretoneros en los depósitos cercanos.
Con el crecimiento de la ciudad, la mancha urbana ha alcanzado los puntos, hace unos años alejados, donde se encuentran estas fábricas de ladrillos y se ha convertido en un problema de salud para los que viven en los alrededores.
Ayuntamiento y Gobierno han buscado soluciones al tiempo que buscan regularlas; sin embargo, para el municipio la salida más fácil ha sido cerrar las ladrilleras y dejar sin fuente de trabajo a quienes trabajan en estos lugares. Quienes viven en esta zona ya no saben que hacer o a quien acudir para que les den solución, esperan que pronto puedan volver a respirar con mayor facilidad.