Ya sean “emprendedoras” o las esposas de los funcionarios estatales, mucha gente se ha aprovechado de la desgracia que se ha convertido la pandemia del Covid-19 y ha buscado hacer negocio con los productos de limpieza y de protección. Sobre estos casos, el delegado en San Luis Potosí de la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), Carlos Rebolledo, no ha hecho nada al respecto, pues, al parecer, ya “está en cuarentena”.
En uno de los tantos grupos de Facebook dedicados a la venta de distintos productos, una persona llamada Juan Carlos Juárez vende los botes de 354 gramos de Lysol en $1,000.00 pesos cada uno, cuando en el supermercado tienen un valor promedio de entre $80 y $90 pesos. Aunado a esto, ofrece vender la súper promoción de tres botes por $2,900.00.
Este caso se suma al de la “emprendedora” que pretendía vender a 25 pesos cada cubrebocas también en Facebook, oferta que le valió miles de críticas en la red social. También al de la esposa del secretario del Trabajo, Manuel Lozano, Alejandra Santos Alonso, quien, previo a la contingencia, se hizo de cientos de mascarillas N95 para venderlas ahora que son muy necesitadas. El negocio de la esposa del secretario se expandió a la venta de comida preparada, también a sobreprecio.
Así como todos ellos, son cientos los reportes de personas que venden a precios excesivos artículos de primera necesidad en esta contingencia, ya sean cubrebocas o de limpieza como cloro o desinfectantes. Aunque abundan, al momento, la Profeco en San Luis Potosí no ha emitido una sola multa o sanción al respecto.
Al delegado en el estado, Carlos Rebolledo, no se le ha visto en meses y ahora que se le necesita para regular esta situación no da “señales de vida. Tal parece que se ha tomado el encierro en caso muy en serio.
