Silencio, es lo que siguió a la agresión por parte de empleados del diputado Mario Lárraga a reporteros que cubren el Congreso del Estado, que buscaban entrevistarlo por las acusaciones que lo señalan por agresión sexual, violencia política y laboral.
Pasadas las 14 horas de ayer jueves 24 de enero, a la salida de la reunión de la Junta de Coordinación Política del Congreso del Estado, reporteros de todos los medios de comunicación locales esperaban al representante del Partido Encuentro Social, Mario Lárraga, pero a la salida lo esperaban gorilones que se interpusieron entre el legislador y los comunicadores, a quienes bloquearon, empujaron y agredieron, ante la complicidad tanto de su jefe Lárraga como del resto de legisladores que han guardado silencio ante el ataque a la libertad de expresión.
Apenas surgieron las imágenes de la agresión, trascendió en redes sociales que el agresor principal, de nombre José González, es sobrino de Julio César González Ramírez, presidente del Partido Encuentro Social en San Luis Potosí, acompañado de otros militantes de MORENA.
Luego de la trifulca, el diputado Edson Quintanar, presidente de la Junta de Coordinación Política del Congreso del Estado, aseguró que los agresores son trabajadores de Mario Lárraga y no trabajadores del Congreso, con lo que deja la interrogante si ¿cualquier persona puede cerrar las puertas del edificio y hacer un ataque a la libertad de expresión en el recinto legislativo?
A pesar de la gravedad de los hechos, a excepción del diputado Edgardo Hernández, el resto de los legisladores ha guardado silencio, han solapado que los asesores y demás trabajadores al servicio de los diputados agredan a reporteros.
Esta agresión, que quedó registrada en transmisiones en vivo de varios medios de comunicación, ha sido cosa menor para los diputados, que a cuatro meses de haber tomado protesta, no han integrado la Comisión de Protección a Periodistas que, dicho sea de paso, no sirve más que como mero antecedente estadístico.