
El Colegio de San Luis nació en 1997 con la labor de “investigación y formación de investigadores de alto nivel académico, se especializa en las Ciencias Sociales y las Humanidades” y aunque aseguran que su “comunidad se ha comprometido profundamente con los altos ideales de contribuir a la construcción de una sociedad más libre, justa y próspera, fundamentada en el pensamiento científico y crítico”, lo cierto es que nunca estuvieron más alejados de la sociedad que ahora.
Creado por Horacio Sánchez Unzueta, tiene 15 años en el ostracismo, no ha producido un sólo estudio o análisis que beneficie al estado, en los últimos años ha sido totalmente gris a la problemática social, ha sido utilizado como trampolín político para impulsar la carrera política de Xavier Nava, Marité Hernández y ahora da espacio al Mijis, un “chavo” banda que carece de los estudios y conocimientos previos para asistir a un centro de estudio de este nivel.
El Colsan, que cierra la puerta a estudiantes que no pasan sus “filtros”, que incluye el “apadrinamiento” por parte de un doctor investigador del Colegio, ahora abrió su auditorio para que el diputado Pedro Carrizales “imparta” la conferencia “Violencia y Juventudes”.
Independientemente del pasado delictivo del diputado y su supuesta regeneración social, como legislador no ha presentado, cabildeado ni mucho menos autorizado una iniciativa que beneficie la vida de los potosinos. Desde el 14 de septiembre de 2018, el Mijis, que ondea la bandera de la inclusión a los “chavos banda”, los ha abandonado, este amplio sector de la sociedad, que creyeron que tendrían en él una voz en el Congreso, se han dado cuenta que les dio la espalda.
El polémico legislador se ha limitado a iniciar un programa de “casa rodante”, con lo que lleva pintura a colonias populares para pintar casas y condominios que han sido graffiteados, pero que nada ha hecho por cambiar la vida de los jóvenes que han caído en el pandillerismo, las drogas e incluso la delincuencia.