
La rivalidad entre Pepsi y Coca-Cola es uno de los enfrentamientos empresariales más conocidos a nivel mundial. Desde principios del siglo XX, ambas compañías han competido ferozmente por dominar el mercado de refrescos, librando una batalla que va más allá de las ventas y se extiende a la publicidad, la innovación y la identidad de marca.
Aunque Coca-Cola surgió primero, en 1886, Pepsi nació en 1893 y, con el paso de los años, desarrolló campañas agresivas para ganar terreno. Uno de los momentos más recordados fue el llamado “Pepsi Challenge” en la década de 1970, cuando la marca invitó a consumidores a hacer pruebas de sabor a ciegas, asegurando que preferían su producto frente al de su rival.
Coca-Cola respondió con cambios en su estrategia, desde la introducción de nuevos productos hasta el polémico lanzamiento de la “New Coke” en 1985, que fue retirado meses después por el rechazo de los consumidores. La competencia también se ha librado en patrocinios deportivos, campañas con celebridades y presencia en mercados emergentes.
A lo largo de las décadas, esta “guerra de colas” ha dejado claro que, más que una disputa por refrescos, se trata de una lucha por conquistar la lealtad emocional de millones de personas en todo el mundo.