
Miércoles 25 de junio, San Luis Potosí, S.L.P.- Los chilaquiles, uno de los platillos más emblemáticos de la gastronomía mexicana, tiene un origen que se remonta a la época prehispánica, aunque la historia es incierta y ocasiona mucho debate respecto a su creación, pero ¿Qué es lo que los caracteriza?
Los productos nativos de Mesoamérica como el chile y la tortilla de maíz son parte de los ingredientes básicos en los chilaquiles, mismos que después de la época colonia de los españoles se acompañaron con queso, cebolla e incluso pollo.

El término «chilaquiles» proviene del náhuatl «chīlaquīlli«, que significa «algo metido en chile» o «totopos metidos en salsa de chile». Esta palabra refleja la esencia del platillo: tortillas fritas o tostadas que se remojan en salsa de chile para aprovechar las tortillas duras o sobrantes del día anterior.
El primer registro escrito de una receta similar a los chilaquiles data de 1821 en el recetario «Arte nuevo de cocina y repostería acomodado al uso mexicano», donde se describe una preparación con carne de cerdo, chorizo, tortillas y salsa de chile.

Posteriormente, en 1831, el libro «El Cocinero Mexicano» incluyó una receta básica que se asemeja mucho a la versión moderna del platillo, con tortillas fritas bañadas en salsa verde o roja y acompañadas de ingredientes como pollo, queso, crema y cebolla.
Con el tiempo, se han diversificado en múltiples variantes regionales y se han convertido en un símbolo cultural y gastronómico de México, presente en desayunos, almuerzos y cenas en todo el país.