La salsa yucateca xnipec es aclamada como una verdadera joya del sureste mexicano, destacando por ser una mezcla excepcionalmente fresca, encendida y llena de sabor que despierta los sentidos, misma que ha trascendido a lo largo de los años y es parte icónica de la gastronomía de Yucatán.
Su nombre proviene de la lengua maya, xni’pek, que se traduce literalmente como «hocico de perro», una alusión pícara a la reacción que provoca en quien la prueba: sudoración en la frente y una nariz encendida, seguida de una sonrisa de satisfacción.

Esta salsa es el acompañamiento esencial de platillos icónicos como la cochinita pibil, los panuchos y los salbutes, ofreciendo una experiencia sensorial única que logra equilibrar el intenso picor del chile habanero —un ingrediente con denominación de origen y crucial para la identidad regional— con la acidez refrescante de la naranja agria y la frescura del jitomate.

Para quienes deseen experimentar el «calor y la alegría yucateca», la preparación tradicional del xnipec es sorprendentemente sencilla y rápida, requiriendo principalmente ingredientes frescos. La receta base combina chiles habaneros y jitomates picados finamente con cebolla morada, todo aderezado con jugo de naranja agria y sal, dejando reposar la mezcla para que los sabores se integren.