Turismo y Gastronomia

Vacaciones en riesgo: el problema de agua que afecta hoteles

La mala calidad del agua se ha convertido en una amenaza silenciosa. Más allá de los riesgos a la salud, el agua en mal estado está dañando las instalaciones desde adentro: corroe tuberías, provoca fugas invisibles, obstruye sistemas y deteriora equipos clave en hoteles y centros turísticos.

“El daño no ocurre de un día para otro; es el resultado de factores silenciosos como la acumulación de minerales, sedimentos, pH desbalanceado y agua estancada que fomenta la proliferación de bacterias”, explica Leandro Barrionuevo, Cofundador de Somos PURA, empresa especializada en purificación de agua.

Vacaciones de verano en riesgo

Sin embargo, estos efectos no son únicos en los hogares. Con la temporada vacacional cada vez más cerca, es necesario poner el foco en el sector hotelero, donde la mala calidad del vital líquido afecta a toda la operación: deteriora las albercas, daña los equipos y compromete la experiencia de los huéspedes; lo que no solo incrementa los costos operativos, también pone en riesgo la reputación de los establecimientos.

Esta crisis representa pérdidas devastadoras en tres aspectos fundamentales durante este periodo:

  1. Pérdidas económicas: La dependencia crítica de agua embotellada y camiones cisterna dispara los costos operativos, mientras que el deterioro acelerado de equipos, albercas y sistemas requiere inversiones constantes en mantenimiento y reposición de infraestructura.
  2. Pérdida de prestigio: Los huéspedes insatisfechos por la calidad del agua y servicios comprometidos dañan la reputación ante turistas cada vez más conscientes de la sostenibilidad, lo que genera un riesgo permanente de sanciones por incumplimiento normativo.
  3. Fuga de clientes: La experiencia deteriorada impacta directamente las calificaciones y provoca la pérdida de competitividad frente a destinos con mejor gestión hídrica,  reducción en ocupación y tarifas promedio.

¿Cuál es el panorama actual?

Las normas oficiales mexicanas NOM-001, NOM-002 y NOM-003 son de cumplimiento indispensable para este sector, ya que establecen los límites máximos permisibles de contaminantes en las descargas de aguas residuales, también definen los límites para descargas hacia los sistemas de alcantarillado y regulan los contaminantes en aguas residuales tratadas que se van a reutilizar en servicios públicos.

Para el sector hotelero, especialmente en destinos costeros, estas normas protegen ecosistemas marinos y arrecifes corales, evita sanciones que pueden ocasionar la clausura temporal o definitiva, y garantiza la sostenibilidad operativa a largo plazo sin agotar los recursos hídricos locales.

Más allá de las pérdidas económicas, el sector hotelero contribuye a una crisis ambiental alarmante. La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales  estima que más de 200 toneladas de plástico terminan diariamente en el mar, donde el 80% de los residuos recolectados en las costas provienen de bebidas envasadas y empaques desechables utilizados por la industria turística durante las temporadas altas.

Existen soluciones tecnológicas probadas para enfrentar los efectos de la mala calidad del agua en el sector hotelero. Los sistemas modernos de tratamiento ofrecen cumplimiento garantizado con las normas para descargas seguras y sostenibles, eficiencia energética con bajo consumo comparado con sistemas tradicionales, adaptación modular perfecta para hoteles de cualquier tamaño, operación sin generación de salmuera ni residuos secundarios, y mantenimiento simplificado que minimiza costos operativos.

«La solución está en la tecnología: filtros, sistemas de purificación y control de calidad que protejan las instalaciones; esto reduce el desgaste y garantiza un servicio a la altura de un turismo cada vez más exigente. Cuando la demanda se multiplica, la calidad del servicio marca la diferencia entre el éxito y la crisis operativa», concluye Lucas Barrionuevo, Cofundador de Somos PURA.

Seguiremos informando.

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