El muerto al pozo y el vivo al gozo; es la frase que están aplicando descaradamente José Isabel Gutiérrez Zúñiga, José de Jesús Serrano Aguilera y Jesús López Guel para agandallarse la dirigencia de la Sección 26 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación en San Luis Potosí, tras la repentina muerte del anterior dirigente, Alejo Rivera Ávila, víctima de covid-19.
Apenas, hace unos días, se llevó a cabo el homenaje del profesor, a quienes todos calificaban como un gran líder, un aliado de la educación, un hombre comprometido, una gran persona, sin embargo, más tardó en concluir el emotivo evento cuando ya había perfiles lamiéndose los bigotes para disfrutar de los beneficios que conlleva el desempeño de un cargo como este.
José de Jesús Serrano Aguilera, se ha venido desempeñando como delegado nacional del Comité Ejecutivo Nacional del SNTE en los últimos años; José Isabel Gutiérrez Zúñiga, representa al Técnico A de la dirigencia estatal y Jesús López Guel ocupaba el cargo de Técnico B también en la dirigencia estatal, pero, pa’ pronto, se apresuraron a nombrarse dirigentes de la organización sindical.
Los tres perfiles argumentan una serie de estatutos por demás imprecisos para asumir funciones y hasta juran que el propio Alejo deseó, como última voluntad, que fueran ellos quienes asumieran el cargo tras su posible fallecimiento.
El agandalle ha desatado una serie de criticas y comentarios negativos en contra de los abusivos nuevos líderes quienes, ahora, han anunciado que no habrá nuevas elecciones sino que se mantendrán en el cargo por tiempo indefinido.
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