
La mañana de este domingo, cientos de personas tomaron las calles de la capital potosina para exigir justicia por el asesinato de la empresaria Sandra Revilla, ocurrido el pasado 10 de mayo. La marcha, organizada por familiares, amigos y ciudadanos indignados, se desarrolló de manera pacífica desde el Jardín de Tequis hasta las instalaciones de la Fiscalía General del Estado.
La empresaria fue víctima de un ataque armado en su marmolería, sin que los agresores sustrajeran pertenencia alguna del lugar. Este hecho ha llevado a las autoridades a investigar el caso bajo la presunción de un crimen por encargo. Hasta el momento no se han reportado avances significativos en la identificación o captura de los responsables.
Durante la manifestación, los asistentes mostraron su inconformidad con los niveles actuales de inseguridad en la ciudad. Con pancartas, consignas y un ambiente de respeto cívico, exigieron a las autoridades resultados concretos en la investigación y acciones inmediatas para frenar la violencia.
En el punto final de la movilización, la familia de Sandra Revilla dirigió un mensaje enérgico a las autoridades estatales y municipales. En su discurso, hicieron un llamado directo a los funcionarios públicos y cuerpos policiales, reiterando que la ciudadanía no es enemiga del gobierno, sino aliada en la búsqueda de soluciones para restablecer la seguridad en el estado.
Las palabras resonaron con fuerza: los ciudadanos pidieron el fin de los asesinatos, desapariciones, robos y amenazas que han alterado la vida cotidiana en San Luis Potosí. Recordaron una época reciente en la que la ciudad era un lugar seguro para vivir y trabajar, y lamentaron cómo la impunidad y la violencia se han normalizado en el entorno social y político.
Además de dirigirse a las instituciones, el mensaje fue también para las figuras políticas clave del estado: el gobernador Ricardo Gallardo y el alcalde Enrique Galindo, a quienes invitaron a asumir su papel no solo como funcionarios, sino como ciudadanos afectados por la misma realidad.
La manifestación de este domingo no solo fue una exigencia de justicia por Sandra Revilla, sino un grito colectivo contra el miedo, la indiferencia y la impunidad. La sociedad potosina dejó claro que no tolerará más violencia ni silencio, y que su objetivo es claro: vivir en paz, con dignidad y sin temor.
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