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[VIDEO] Tiempo de Cine: HIM “El Elegido”

Por Hares Barragán

“HIM: El Elegido”, dirigida por Justin Tipping y producida por Jordan Peele, se presenta como un experimento híbrido entre thriller psicológico y cine deportivo, donde el campo de juego se convierte en un escenario de tensión, manipulación y miedo. La película sigue la historia de un joven atleta que, tras ser invitado a entrenar con un mariscal de campo legendario, se ve atrapado en un mundo donde la admiración se convierte rápidamente en algo siniestro. Lo que comienza como una oportunidad para brillar se transforma en un descenso a la paranoia, la presión extrema y la violencia psicológica.

Marlon Wayans ofrece una actuación destacable, dando vida a un personaje que combina carisma con autoritarismo y manipulación. Su mariscal de campo transmite respeto, intimidación y frustración al ser desplazado por un joven talento, y la manera en que juega con la mente del protagonista resulta convincente en varios momentos. La película no escatima en mostrar los abusos del sistema deportivo, la presión constante sobre los jóvenes, el acoso mediático, la competencia despiadada, el uso indebido de medicamentos y la lucha de egos forman parte de un retrato crudo de la industria.

No obstante, la ejecución general de la película deja mucho que desear. Por momentos, “HIM: El Elegido” se siente disparatada, absurda y fragmentada; a pesar de contar con ideas provocadoras y escenas visualmente impactantes, la historia carece de consistencia y profundidad narrativa. Los giros inesperados, si bien sorprenden, a veces rozan lo inverosímil, y la película parece más interesada en impresionar con su estilo que en construir un relato sólido. Esto provoca que el espectador se enfrente a un choque entre lo que la película intenta transmitir y la manera en que lo hace, generando frustración y confusión en algunos puntos clave.

Además, la película busca combinar elementos de terror psicológico con un retrato del mundo deportivo que, aunque interesante, no siempre encaja de manera orgánica. La tensión y el suspenso se alternan con escenas que parecen forzadas o exageradas, y ciertos elementos visuales, aunque llamativos, no logran compensar la falta de coherencia en la trama. La sensación de peligro constante y de manipulación mental podría haber sido el núcleo de una historia potente, pero se diluye entre subtramas y escenas que no aportan al desarrollo de los personajes.

Para los fanáticos del cine de terror psicológico puede resultar una experiencia visual y temática interesante, llena de momentos que generan inquietud y tensión. Sin embargo, para quienes buscan una narrativa coherente y bien construida, la película puede resultar frustrante, con un guion que no termina de aprovechar su potencial y una ejecución que oscila entre lo provocador y lo absurdamente exagerado. En suma, la película es un experimento audaz, pero irregular, ofrece destellos de grandeza, pero también evidencia que arriesgar no siempre garantiza éxito.

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