
El dolor de rodilla es una de las molestias más comunes tanto en personas activas como en quienes llevan una vida sedentaria. Sin embargo, su origen puede variar significativamente dependiendo del área específica donde se presenta el dolor. Aprender a identificar la zona afectada puede ayudar a detectar posibles padecimientos y buscar atención médica adecuada.
Dolor en la parte frontal (delantera)
Si el dolor se localiza en la parte frontal de la rodilla, justo debajo de la rótula, podría tratarse de una condromalacia rotuliana o síndrome femoropatelar, común en corredores o personas que realizan ejercicios de alto impacto. También podría indicar tendinitis rotuliana, conocida como «rodilla de saltador».
Dolor en la parte interna (medial)
Cuando el malestar se siente en el interior de la rodilla, cerca del centro del cuerpo, puede ser señal de una lesión en el menisco medial o de un esguince en el ligamento colateral medial. Es frecuente en quienes practican deportes con cambios bruscos de dirección.
Dolor en la parte externa (lateral)
El dolor lateral puede estar relacionado con el síndrome de la banda iliotibial, un problema típico en ciclistas y corredores de larga distancia. También podría indicar daño en el menisco lateral o en el ligamento colateral lateral.
Dolor en la parte posterior (trasera)
Una molestia detrás de la rodilla puede ser señal de una quiste de Baker, acumulación de líquido sinovial, o una lesión en los tendones isquiotibiales. También podría estar relacionada con problemas vasculares.
Los especialistas recomiendan no ignorar el dolor persistente y evitar la automedicación. Ante cualquier molestia, es importante acudir con un médico ortopedista o un fisioterapeuta para una evaluación profesional. Un diagnóstico oportuno puede evitar complicaciones mayores y acelerar la recuperación.
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