
El papa Francisco asistió anoche al vía crucis que se realizó en el Coliseo Romano, acompañado por el texto militante de una religiosa de 80 años dedicado a las esclavas modernas, incluidas las prostitutas en las carreteras de Italia.
Este año, el Papa eligió para las meditaciones del Viernes Santo a la religiosa Eugenia Bonetti, una italiana que durante mucho tiempo misionó en África y que desde hace 20 años se dedica en Italia a asistir a las víctimas de la esclavitud.
Bonetti puso en adelante a los “nuevos crucificados de la historia”. En primer lugar, las esclavas sexuales utilizadas, pero condenadas por una sociedad que rechaza ver este tipo de explotación.
Bonetti llamó a comprometerse contra los horribles centros de alojamiento de migrantes en Libia y criticó a Italia evocando los buques a los que se rechaza un puerto seguro, las largas negociaciones burocráticas sobre los destinos finales.
En una corta oración final, Francisco pidió que se vieran “todas las cruces del mundo”, las de las personas con hambre o abandonadas, pero también la de los inmigrantes que encuentran las puertas cerradas por el miedo y los corazones blindados por los cálculos políticos. También, aludió a una sociedad en plena secularización, con religiosos que se sienten “rechazados, ofendidos, humillados”, y creyentes “marginados y rechazados, incluso, por sus allegados”.
En la mañana, el papa Francisco escuchó a un predicador del Vaticano denunciar la inequidad extendida por el mundo durante la misa del Viernes Santo.
La misa es una de las pocas del año en las que el Papa no está a cargo del sermón, que quedó en manos del padre Raniero Cantalamessa, cuyo título es predicador de la sede papal.
Francisco escuchó cuando Cantalamessa describió a Jesús como “el prototipo y representante de todos los rechazados, los desheredados, los marginados de la tierra, aquellos a quienes volteamos las caras para no verlos”.
También, afirmó que todas las religiones tenían el deber de defender a los pobres. “Unos pocos privilegiados poseen más bienes de los que podrán consumir, mientras que por siglos enteros incontables personas pobres han tenido que vivir sin un pedazo de pan ni agua para darles a sus hijos”, dijo Canatalamessa.
Horas antes, durante una conversación que mantuvo con el comediante británico Stephen K. Amos, la cual fue emitida por la cadena de televisión BBC, el máximo líder católico dijo que quien rechaza a los homosexuales “no tiene corazón humano”. “Todos somos seres humanos, tenemos dignidad. Si una persona tiene una tendencia u otra, esto no le quita la dignidad como persona”. “La gente que decide rechazar a las personas por el adjetivo es gente que no tiene corazón humano”, añadió.