
La exposición a altas temperaturas representa un riesgo significativo para la salud, pudiendo desencadenar o agravar patologías previas. El ser humano, aunque homeotermo, enfrenta dificultades para regular su temperatura interna cuando las condiciones ambientales son extremas. Las altas temperaturas pueden conducir a la deshidratación, causando pérdida de líquidos y electrolitos esenciales para el funcionamiento adecuado de los órganos. Factores como la humedad, la falta de viento y la contaminación atmosférica pueden intensificar los efectos del calor, especialmente en áreas urbanizadas donde se produce el fenómeno de la «isla de calor».
Es importante tener en cuenta que la tolerancia al calor varía entre individuos, y la adaptación gradual, conocida como aclimatación, puede llevar semanas. Al inicio de la temporada de calor, el cuerpo puede tener dificultades para regular la temperatura, aumentando así el riesgo de efectos adversos para la salud.
Los efectos directos del calor intenso pueden variar desde malestar leve hasta situaciones potencialmente mortales como el golpe de calor. El agotamiento por calor, los calambres, los síncopes y el golpe de calor son algunas de las condiciones que pueden surgir como resultado de la exposición prolongada a altas temperaturas.
Sin embargo, la mayoría de los ingresos hospitalarios y las muertes relacionadas con el calor no se deben directamente al agotamiento por calor o al golpe de calor, sino a la exacerbación de patologías preexistentes en personas vulnerables, especialmente aquellas con enfermedades cardiovasculares y respiratorias.
Por ello, es fundamental tomar medidas preventivas durante los episodios de calor extremo. Limitar las actividades al aire libre durante las horas más calurosas del día, mantenerse hidratado, vestir ropa ligera y buscar refugio en lugares frescos son algunas de las recomendaciones básicas para protegerse del calor.
La exposición prolongada a altas temperaturas puede representar un riesgo significativo para la salud, especialmente para aquellos con condiciones médicas preexistentes. Es crucial tomar medidas preventivas y prestar atención a los signos de malestar durante los episodios de calor extremo para garantizar el bienestar general.
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