
Dicen que lo peor que puede pasar en la vida es sudar calenturas ajenas. En política eso ocurre comúnmente; es una especie de síndrome de los que no entienden o no aprenden de las experiencias.
Rosa Icela Rodríguez, actual secretaria de Gobernación, encarna la espada justiciera de los malquerientes del gallardato, y es así como algunos morenistas quisieran verla de gobernadora nada más para saciar sus oscuros deseos de venganza, por algún agravio o simplemente por placer.
De hecho, el despacho de la poderosa potosina es destino frecuente de visitas de potosinos, casi todos con quejas o grillas contra el mandatario estatal.
Al cumplir cuatro años en el poder, los antigallardistas creen que ha llegado el momento de comenzar a moquetear al mandatario. Quienes lo hacen evidente son el exalcalde capitalino, Xavier Nava, quien a través de algunos columnistas políticos opera desde la Ciudad de México, repitiendo una fórmula que ya fracasó en el pasado.
Otros son tan desleales que, a la primera de cambios, revelan que es el alcalde Enrique Galindo el que les hizo el encarguito de estar moliendo al mandatario estatal.
Pero pocos ven más allá de las apariencias. Tan es así que, durante el informe de la presidenta Claudia Sheinbaum en San Luis Potosí, fue la propia Rosa Icela la que se encargó de lanzar una señal de descarte para el 2027.
El gesto quedó grabado en los videos de transmisiones en vivo y de algunos medios que acudieron a la cobertura del evento. Su descarte también lo han consignado algunos golpeadores de medios de comunicación de la CDMX que han preguntado, hasta en cinco ocasiones, si Rosa Icela buscará la gubernatura de San Luis Potosí, y la respuesta de los cercanos a la funcionaria federal ha sido un “no” contundente.
Cualquiera puede ser candidato por Morena en el 2027 y comenzar a mover sus piezas creyendo que el quinto año de gobierno es, en realidad, el último. Pero hoy por hoy tenemos un gobernador que no solo sabe lo que quiere, trabaja para obtenerlo y, por si fuera poco, también tiene suerte.
Rosa sabe que su hermana Rita hace muchas barbaridades; también sabe que en el 2027 hay elección de gobernador en 16 estados y que Morena no las trae todas consigo. Así que no quemará su pólvora en el infiernito de San Luis Potosí ni sudará las calenturas de los malquerientes del gobernador, quien tiene probado y comprobado el método que le permite ganar elecciones.
Rumbo al último tercio de su mandato, Gallardo ha entendido la necesidad de recomponer su relación con actores y grupos de poder que, hay que decirlo, nunca han caminado a su favor, pero con los que, a final de cuentas, debe coincidir.
Es así como, gracias a los oficios del presidente de la Junta de Coordinación Política del Congreso del Estado, Héctor Serrano, ha limado asperezas con el alcalde capitalino Enrique Galindo y está en vías de hacerlo con la Universidad.
El tema de la Universidad merece atención aparte, pero lo cierto es que, si la crisis se ha profundizado, hay que darle las gracias a un porro que se sintió con derecho a apoderarse de la institución.
Los tiempos por los que transitamos en San Luis Potosí no son ajenos a la realidad nacional, pero una cosa es cierta: en política todo puede suceder.
P.D.1.– La Riviera Huasteca es un proyecto para desarrollar un polo turístico en esa zona del estado donde abundan ríos, lagos, cascadas, bosques y oquedades como el Sótano de las Golondrinas y el Sótano de las Huahuas. La creación de infraestructura es la clave y es uno de los planes del gobierno del estado para el último tercio de la presente administración. ¡Que se haga!
P.D.2.– Los huachicoleros del pueblo andan muy callados. ¡Jesús, María y José!
P.D.3.– El gobernador de Nuevo León, Samuel García, está comenzando una megaobra carretera que pretende unir con San Luis Potosí por el lado de Doctor Arroyo. SLP hará lo propio para enlazarse. ¡Que así sea!
P.D.4.– El Partido Verde le está apostando a los jóvenes. Según reportes, el 60 por ciento de sus nuevos militantes son veinteañeros. ¡Upsi!
P.D.5.– Durante una entrevista que el gobernador concedió a la alianza de medios de comunicación Código San Luis, El Tiempo del Altiplano, Oye 105.5, Cablenet y Región Centro, dijo algo que debe tomarse en cuenta: al preguntarle cuál era la obra insignia de su gobierno, respondió que hay una que no se ve y nadie nota, pero que se siente. Se trata de la central de mezclas del Hospital Central, donde se hacen los cócteles de quimioterapia que han logrado salvar más de 12 mil vidas. Eso, dijo, vale más que la Vía Alterna y que la carretera a Matehuala que va a costar más de 23 mil millones. Me quedo con eso que, en efecto, es lo importante.
Hasta la próxima.