Hombres armados a bordo de una camioneta Silverado color negra, persiguieron durante 80 kilómetros a una familia que viajaba de Zacatecas San Luis Potosí, presuntamente con la intención de quitarles su vehículo, una Escalade con placas de Ciudad de México y posiblemente de secuestrar a algunos de los tripulantes.
Los hechos ocurrieron poco después de las 11 de la mañana cuando el conductor de la Escalade se percató de que los seguían desde una camioneta Silverado negra. Según las primeras versiones, el conductor, al llegar al entronque del municipio de Salinas, comenzó a pedir auxilio al 911 sin éxito, por lo que decidió acelerar al máximo, pero sus perseguidores mantenían el paso tan sólo metros atrás de ellos.
Fue a 15 kilómetros de la capital potosina cuando por fin lograron que se escuchara su llamado de auxilio en el número de emergencias, cuando agentes de la Policía Metropolitana de reacción inmediata acudieron a su rescate.
Previo, viendo frustradas sus negras intenciones, los pistoleros que viajaban a bordo de la camioneta Silverado, dispararon al aire para intimidarlos, quisieron emparejarse con la intensión de atacar la camioneta Escalade, pero se impuso la calidad y fuerza de este vehículo y fue entonces que se percataron a lo lejos de la presencia de los policías metropolitanos que venían en apoyo a sus víctimas.
80 kilómetros de terror vivió la familia integrada por cuatro adultos y tres menores, algunos de ellos estallaron en crisis nerviosas luego de superar el momento de persecución y amenaza.
Paramédicos de la Cruz Roja unidad 189 les prestaron los primeros auxilios y posteriormente los trasladaron a un hospital para que recibieran atención médica integral.
Como siempre, la Policía Federal, ciega, sorda y muda ante la delincuencia, ni siquiera hizo acto de presencia en el lugar.
Es justo el tramo Salinas-San Luis en la carretera San Luis-Zacatecas, donde los delincuentes secuestran, asalta, violan, matan, torturan y roban vehículos, sin que ninguna autoridad pueda marcarles el alto y castigarlos.
