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Elucubraciones: La obra que marcará el Gallardato

Por El Gato Filósofo

El arranque de la segunda etapa de la autopista a Matehuala no es un anuncio menor; todo apunta a que se convertirá en la obra de infraestructura carretera más importante del gobierno de Ricardo Gallardo Cardona. Y no es para menos. Se trata de intervenir la carretera 57, la columna vertebral del país, por donde transitan millones de personas y toneladas de mercancía cada año, pero que también figura entre las rutas más peligrosas de México.

El proyecto tiene dimensiones históricas: más de 118 kilómetros de concreto hidráulico, cuatro carriles, 22 puentes y entronques estratégicos. Una obra de gran calado que promete reducir tiempos de traslado, aliviar la saturación de la 57 y, sobre todo, ofrecer una alternativa más segura para el tránsito de personas y mercancías hacia el norte.

Lo interesante es que detrás de esta apuesta no está una constructora improvisada ni un consorcio externo, sino los grupos empresariales más sólidos de San Luis Potosí; META y Valoran, ambos de la familia Rangel Mancilla. No es casualidad. Ellos han sido protagonistas de la modernización carretera en la entidad y cuentan con una trayectoria probada.

Ahí están sus antecedentes: El Libramiento Oriente, que en su momento se convirtió en modelo nacional por su parador para transportistas y áreas de descanso; el Libramiento Norte, bautizado con el nombre del fundador, Vicente Rangel Lozano, y que hoy es pieza clave en la movilidad metropolitana; el Libramiento Horizontes, que facilita el tránsito hacia Villa de Arriaga, y la carretera de cuota Ventura–El Peyote, que conecta precisamente con la ruta San Luis–Matehuala.

No es exagerado decir que los Rangel han tejido una red de infraestructura carretera que coloca a San Luis en una posición estratégica. Con este nuevo proyecto, consolidan su papel como el grupo constructor y concesionario más influyente de la región.

El gobierno estatal presume que la inversión será cercana a los 23 mil millones de pesos y que la obra estará lista en un máximo de 24 meses. El reto, sin duda, será cumplir tiempos y garantizar transparencia en todo el proceso, pero si la experiencia sirve de referencia, todo indica que los empresarios potosinos sabrán entregar una autopista de primer nivel.

En medio de un sexenio marcado por luces y sombras, Gallardo parece haber encontrado en esta autopista su carta fuerte para dejar huella. La política es efímera, pero las carreteras permanecen. Y esta, por su envergadura y trascendencia nacional, tiene todas las posibilidades de convertirse en el legado más visible del Gallardato.

Cavilaciones:

Primera: El Centro de las Artes de San Luis Potosí cumple 17 años. Cuando el gobierno de Marcelo de los Santos decidió rescatar el edificio, abandonado luego de que dejó de ser penitenciaría, los críticos pusieron el grito en el cielo. Hoy, es un centro de cultura que da orgullo a los potosinos. Felicitaciones a todas las personas que hacen posible su vigencia.

Segunda: El regidor concejal de Vila de Pozos, Dante Alan Carreón, es como la aguja en el pajar inmenso de ese inocente pueblo gobernado, hoy, por un grupo de irresponsables sin compromiso ni deseos de trabajar. Además de atender su responsabilidad, la semana pasada ganó el primer lugar en una competencia de natación a beneficio de personas en silla de ruedas y síndrome de Down. Este felino le concede una estrellita al panista.

Tercera: El que anda por Japón, (no tiene nada que ver con Andy López), es el representante del Gobierno del Estado en México, Daniel Guillén. También conocido como El Tigre, el funcionario presume sus viajes en redes sociales. Sólo que, esta vez, parece que anda en los preparativos que llevarán al gobernador Ricardo Gallardo a la tierra del sol naciente, donde concretará una importante inversión para San Luis Potosí. No, pues ¡Miau!

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