
Nació el 9 de agosto de 1923 en Loma Dura, cerca del ejido Tanzacalte, hijo de Rosalío Araujo Muñiz y Herculana Martínez García.
Román Araujo Martínez, conocido cariñosamente como «El Pariente», es un nombre que resuena con fuerza en la memoria colectiva de quienes valoran la música tradicional, su infancia estuvo marcada por la ausencia de educación formal.
Desde pequeño, su vida dio un giro cuando su padre lo dejó al cuidado de su tía Vicenta Araujo, quien se dedicaba a hacer pan. En este nuevo hogar, Román aprendió rápidamente el arte de la panadería.
La falta de escolaridad significó que nunca supo leer ni escribir, pero eso no mermó su curiosidad ni su deseo de aprender.
La vida en el pueblo era sencilla, para poder llegar a él, usaba una bestia que le ayudaba a transportar leña, la cual vendían en el mercado.
En aquellos días, las únicas tiendas mixtas que existían eran; la de Santos Pérez y la que perteneció a la familia del Campo.
En el pueblo Román solía disfrutar de una soda en “La Favorita”, un negocio propiedad de Don Cesáreo Castro, ubicado en la esquina de Matamoros e Hidalgo (hoy conocido como Pedro Antonio Santos)
La música siempre formó parte de su ser. Su tía entendía su inclinación hacia este arte y, como un regalo lleno de cariño, le compró una armónica. Por las tardes se juntaba con su amigo Juan Mendieta, quien improvisaba con una lata, y su tío que tocaba el violín, crearon un ambiente festivo y hacía que la comunidad se reuniera a bailar.
Cuando cumplió 17 años su familia se mudó a la calle Reforma 511, en el Barrio Las Lomas. Fue en esta etapa que Román adquirió su primer violín en abonos de mano de Leonardo Díaz, sin embargo, su desconocimiento sobre cómo afinarlo no fue un obstáculo; Manuel Escobar le enseñó los secretos de este instrumento, permitiéndole así entrelazar su amor por la música con sus labores diarias.
Se dedicó a múltiples oficios: cortador de leña, cargador, albañil, trabajador de Fibracel y obrero del Ingenio Plan de Ayala.
A lo largo de su carrera, acompañó al popular “Negro” Marcelino y Pedro Rosa. Formó parte del Trío “Los Caporales”, junto a Pepe Navarro y Chencho Martínez, donde dejó su huella imborrable. Más adelante, fundó el trío «Los Parientes», con el que se hizo famoso gracias a sus interpretaciones de polkas y pasos dobles, llevando la música tradicional a todos los rincones.
Su arduo trabajo y dedicación a la música fueron reconocidos durante la administración del Lic. Miguel Romero Ruiz Esparza y por Juan José Ortíz Azuara, quienes celebraron su contribución al patrimonio cultural de la región.
En el libro “50 Huapangueros”, María Patricia Camacho Martínez lo menciona con el respeto y admiración que su legado merece.
Román Araujo «El Pariente» nos dejó el 30 de marzo de 2018, pero su legado perdura. recordándonos que la música puede unir corazones y trasmitir tradiciones, aunque físicamente se haya ido, su espíritu sigue vivo en cada acorde de la música que tanto amó.
Fuente: Profe. Crescencio Martínez Candelario
Cronista Municipal