La noche del 5 de noviembre, el cielo ofrecerá un espectáculo cargado de simbolismo: la superluna del castor, un fenómeno que marca el cierre de ciclos y la preparación para nuevos comienzos. Desde una perspectiva espiritual, este evento lunar es considerado un momento ideal para activar la energía de la abundancia y manifestar deseos relacionados con la prosperidad, la gratitud y el crecimiento interior.
Esta luna invita a liberar cargas emocionales, agradecer los logros alcanzados y abrir espacio a nuevas oportunidades. Su energía favorece la introspección, la conexión con las raíces y la alineación entre intención y propósito personal, elementos que se asocian con la “frecuencia de la prosperidad”.
El ritual propuesto para esta fecha busca canalizar esa energía en un acto simbólico. Se recomienda realizarlo en un espacio tranquilo, preferiblemente bajo la luz directa de la luna o cerca de una ventana. El primer paso consiste en encender una vela dorada o verde, colores que representan la abundancia y el crecimiento. Luego, se debe escribir en un papel un agradecimiento por lo logrado y una afirmación sobre la abundancia futura, sosteniéndolo bajo la luz lunar mientras se recitan frases de afirmación y apertura espiritual.
Para sellar la intención, el papel debe quemarse y las cenizas sembrarse en una planta o directamente en la tierra, lo que simboliza el ciclo natural de renovación y crecimiento. Finalmente, se deja que la vela se consuma por completo como señal de entrega y confianza en el proceso.
Más allá de su carácter místico, la superluna del castor se presenta como una oportunidad para reflexionar sobre los logros del año, soltar lo que ya no sirve y establecer nuevas metas con una mentalidad de abundancia. En este sentido, el ritual actúa como un ejercicio de enfoque y gratitud, un recordatorio de que la prosperidad comienza por el reconocimiento y la intención consciente.
Seguiremos informando
