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Hasta dónde aguantará López Obrador (físicamente)

Es impresionante ver a López Obrador cada día, seis de la mañana en Palacio Nacional y seguramente ya habrá rechazado las 5 tarjetas de temas prioritarios que le ha acercado Alfonso Romo. Luego, se equivoca o no tiene la información completa porque ha confiado tanto en su sentido y moral personal, que podrá parecer que está desinformado. Sí, el Presidente de la República debe ser el hombre más informado del país, pero eso a él no parece ser que le importe tanto.

Fiel a su estilo de gobernarse y auto-limitarse, mostrará su capacidad de animal político para sortear una pregunta, otra y otra más. Después cederá el lugar al Fiscal de la Nación, a la Secretaria de Energía, al Fiscal de delitos financieros, al Director de Pemex, y así; mientras en el encuadre de la cámara él estará invariablemente detrás del emisor de la información y los demás permanecerán sentados en las sillas del templete de las ruedas de prensa mañaneras de Palacio Nacional. Mejor ellos lucen cansados, desmañanados, somnolientos.

Después, sin apegarse al guion en el que le dicen debe circunscribirse a una hora y 15, se extenderá a las 2 o más. A las 9 y pasadas tomará el Jetta blanco que lo trasladará al aeropuerto a tomar un vuelo comercial a la capital de un estado; una vez más, como en campaña, volverá a tomar una unidad que lo llevará a algún municipio de ese estado. Dirá en el templete apostado en San Luis Potosí o Guerrero: “cuando uno viaja por carretera se da cuenta de las necesidades de la gente, se siente el hambre, la situación que guarda la infraestructura; por aire no se ve nada”.

A ese ritmo de al menos 6 días a la semana ¿hasta dónde aguantará?, no puede ser propietario de toda la información que se vierte, tiene que delegar la responsabilidad en quienes ha elegido como acompañantes de los temas torales del país. López Obrador como padre en el púlpito, dicta, llama, apacigua, coscorronea, moraliza, advierte. Los demás nuevamente asienten con la cabeza.

Está bien que se marque la agenda informativa del día, que la población pueda acceder a la posibilidad de una política de apertura informativa y de comunicación, de enterarse de cosas en el momento pero ¿a qué costo físico cuando las metas lucen tan lejanas?

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