
El Papa Francisco falleció a los 88 años el lunes debido a un ictus, casi un mes después de haber superado una hospitalización por problemas respiratorios. Su funeral se celebrará el sábado en la plaza de San Pedro, a las 10:00 horas, y los fieles podrán rendirle homenaje desde el miércoles en la Basílica de San Pedro, donde su cuerpo será trasladado desde la residencia de Santa Marta.
El Vaticano ha confirmado que se espera la asistencia de medio millón de personas, entre ellas jefes de Estado como el presidente de Ucrania, Volodymir Zelensky, y el presidente de EE. UU., Donald Trump, junto con otros líderes internacionales, sin embargo, Vladimir Putin no estará presente.
Francisco, el primer papa latinoamericano, será enterrado en la Basílica de Santa María la Mayor de Roma, en una sepultura sencilla con la inscripción «Franciscus». Su muerte ha dejado un vacío profundo en la Iglesia, con cientos de fieles manifestando su dolor, como la monja Magda Martínez, quien lo describió como un “padre de misericordia”.
Su legado incluye su lucha contra la pederastia, su impulso a la participación de mujeres y laicos en la Iglesia, y su promoción del diálogo interreligioso. A su deceso le seguirá el cónclave para elegir a su sucesor, que se realizará en los próximos días.
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