A principios de noviembre, el Interapas, a través de su director, Enrique Torres, convocó a una reunión de los integrantes de la Junta de Gobierno, el recién estrenado director sometió a votación el incremento del 6.9% a la tarifa del agua; la Comisión Estatal del Agua (CEA) y el Ayuntamiento de Soledad votaron en contra, los demás se alinearon y aprobaron la medida.
Iracundo, Enrique Torres intentó convencer a Luis Fernando Gámez, titular de la CEA y a Leonor Noyola, presidenta municipal de Soledad, de que aprobaran el aumento. La primera negativa fue porque no hubo un aviso previo, los votantes se enteraron de la intentona cuando se les pidió el apoyo; el resto de argumentos son por todos conocidos: no hay agua en los hogares potosinos, la corrupción, la nómina abultada y la falta de un plan para solucionar la problemática interna del organismo.
Durante esta discusión, Enrique Torres, sin sensibilidad alguna, expresó que “hay que castigar a la gente para que entiendan”, esto ante la incredulidad de los asistentes por los dichos del guanajuatense, aunque nadie le replicó o simplemente no le quisieron seguir el juego.
Sin embargo, el pueblo potosino ya está siendo castigado, tiene años sin agua potable en sus hogares y durante el desastroso trienio de Xavier Nava se recrudeció la crisis. Ahora Enrique Torres decidió comprar un pleito político que a todas luces parece estar resolviéndose desde distintas instancias.
Ante esta situación, según fuentes del Ayuntamiento capitalino, Enrique Torres ha amenazado con renunciar porque no puede con el monstruo que significa el Interapas, asfixiado por la corrupción, el saqueo y la inflada nómina.
“Soledad no me interesa, se puede ir cuando quiera, sólo son unos chantajistas”, fue con la novedad que les salió Torres al cabildo capitalino en referencia a la intención del Ayuntamiento soledense de pedir su desincorporación de dicho organismo operador del agua.
Enrique Torres llegó a San Luis Potosí con las mejores credenciales, pero ya demostró que no sólo ha sido incapaz de acabar con la corrupción interna, sino que ahora anda provocando crisis políticas donde no las hay, comprometiendo a su jefe directo y desatendiendo los verdaderos problemas que existen en la zona metropolitana, como las fugas de agua potable y los colapsos de drenajes.
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