Teotihuacán, Estado de México. — En el corazón del Valle de México, la antigua ciudad de Teotihuacán conocida como la Ciudad de los Dioses invita a los visitantes a emprender un viaje en el tiempo y en el espíritu. Con más de dos mil años de historia, este sitio arqueológico Patrimonio Mundial es uno de los testimonios más imponentes de la civilización mesoamericana.
Caminar por la emblemática Calzada de los Muertos es recorrer un antiguo eje ceremonial trazado con una precisión astronómica. A cada paso, el visitante descubre una ciudad planificada como un espejo del universo, con estructuras alineadas al movimiento de los astros, reflejo del profundo conocimiento cosmológico de sus habitantes.
El punto culminante de la visita es, sin duda, la Pirámide de la Luna, la segunda estructura más importante del conjunto, cuya imponente presencia se alza al norte del complejo. Rodeada por trece basamentos que originalmente estuvieron completamente pintados, esta pirámide enmarca la Plaza de la Luna, un espacio que fue escenario de rituales públicos y actos ceremoniales clave en la vida religiosa y política de la ciudad.
Para completar la experiencia, los visitantes pueden hacer una parada en los Pueblos Mágicos de San Juan Teotihuacán o San Martín de las Pirámides, donde la historia y la tradición se combinan con la calidez de su gente. La gastronomía local es otro de los grandes atractivos: desde mixiotes y barbacoa hasta dulces típicos y bebidas prehispánicas como el pulque.
