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¿Quién fue San Ignacio de Loyola?

Cada 31 de julio lo recordamos. Su conversión espiritual surgió tras una herida de guerra y una profunda reflexión religiosa

Cada día del calendario católico conmemora a hombres y mujeres que consagraron su vida a Dios, cuyas acciones y sacrificios los llevaron a la santidad. Entre ellos destaca Ignacio de Loyola, una figura clave de la Iglesia que, tras dejar atrás su vida militar, dedicó su existencia a fundar una de las órdenes más influyentes del cristianismo: la Compañía de Jesús.

Ignacio nació en 1491 en el castillo de Loyola, en el País Vasco, dentro de una familia noble. Criado en un entorno militar, participó en la defensa de Pamplona, donde una grave herida cambió el rumbo de su vida. Durante su larga recuperación, privado de literatura caballeresca, leyó únicamente libros religiosos. Fue entonces cuando comenzó a gestarse su conversión: inspirado por las vidas de los santos, decidió imitar su ejemplo.

Tras peregrinar a Montserrat y pasar un tiempo en retiro en Manresa, se entregó a la oración y la penitencia. Posteriormente, viajó a Tierra Santa con el deseo de servir a Dios directamente en los lugares santos, aunque tuvo que regresar a Europa por orden de las autoridades eclesiásticas.

Convencido de la importancia de la formación, Ignacio retomó sus estudios en España y luego en París. Fue en esta ciudad donde reunió a un grupo de compañeros con los que, en 1534, fundó la Compañía de Jesús. Esta orden religiosa, caracterizada por la pobreza, la obediencia y la enseñanza, se convertiría en un pilar educativo y misionero de la Iglesia católica, con presencia global hasta la actualidad.

Ignacio dedicó el resto de su vida a organizar la Compañía, consolidar sus misiones y brindar acompañamiento espiritual. Su obra más influyente, los Ejercicios Espirituales, es considerada aún hoy una guía esencial para la vida interior y el discernimiento.

Murió en Roma en 1556. En reconocimiento a su entrega y legado, fue canonizado en 1622. La historia de Ignacio de Loyola demuestra cómo una herida en el cuerpo puede abrir el alma hacia una transformación profunda, capaz de cambiar el rumbo de millones de vidas.

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