El mundo enfrenta una creciente crisis de salud pública impulsada por la aparición y propagación de las llamadas ‘superbacterias’, organismos patógenos que han desarrollado resistencia a múltiples tipos de antibióticos; fenómeno conocido como resistencia a los antimicrobianos que ha convertido infecciones comunes y tratables en amenazas potencialmente mortales.
La principal causa de esta evolución bacteriana es el uso excesivo e indebido de antibióticos, tanto en la medicina humana como en la ganadería. Cuando estos medicamentos se usan de manera incorrecta, las bacterias más débiles mueren, pero las más fuertes sobreviven, mutan y se multiplican, volviéndose invencibles a los tratamientos existentes.

El impacto de las superbacterias es alarmante, amenazando con retroceder décadas de progreso en la medicina moderna. Los escenarios que antes se consideraban rutinarios, como las cirugías, los trasplantes de órganos y la quimioterapia, se vuelven peligrosos si no hay antibióticos efectivos para prevenir o tratar las infecciones post-operatorias.
Científicos y expertos sanitarios estiman que la resistencia a los antibióticos podría convertirse en la principal causa de muerte a nivel mundial en las próximas décadas si no se toman medidas drásticas. La urgencia radica en que la tasa de desarrollo de nuevos antibióticos no logra seguir el ritmo con el que las bacterias adquieren resistencia.
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Para combatir esta amenaza, la comunidad global ha lanzado una carrera a tres bandas que incluye la vigilancia epidemiológica, la educación pública y la investigación científica.

