
El cemento es uno de los materiales más utilizados en la construcción moderna. Su composición básica incluye piedra caliza (carbonato de calcio), arcilla, yeso y pequeñas cantidades de minerales como hierro y aluminio. Estos materiales se extraen de canteras y se trituran para formar una mezcla homogénea.
El proceso de fabricación inicia con la calcinación: la mezcla se introduce en un horno rotatorio a temperaturas de hasta 1,450 °C. Allí, la piedra caliza se descompone y reacciona con los demás componentes para formar un material llamado «clinker», que tiene forma de pequeñas piedras grises.
Una vez enfriado, el clinker se muele finamente junto con yeso, lo que permite controlar el tiempo de fraguado. El resultado es el cemento Portland, el tipo más común, que al mezclarse con agua, arena y grava, forma el concreto.
Gracias a su resistencia, durabilidad y versatilidad, el cemento es esencial en obras de infraestructura, viviendas y edificaciones de todo tipo.
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