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¿Qué contenían las bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaki?

* Los secretos detrás del desastre en Japón

El 6 y 9 de agosto de 1945, dos bombas atómicas lanzadas por Estados Unidos sobre las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki cambiaron el curso de la historia moderna. Más allá del impacto humano y geopolítico, las bombas «Little Boy» y «Fat Man» contenían materiales que transformaron el poder destructivo de la guerra para siempre. ¿Qué había dentro de estas armas que las hizo tan devastadoras?

Little Boy: la bomba de uranio

Lanzada sobre Hiroshima el 6 de agosto de 1945 desde el bombardero Enola Gay, la bomba «Little Boy» fue la primera arma nuclear utilizada en combate. Pesaba cerca de 4 toneladas y contenía aproximadamente 64 kilogramos de uranio-235, un isótopo altamente enriquecido del uranio natural.

El diseño de «Little Boy» era relativamente simple: dos piezas subcríticas de uranio eran reunidas mediante un mecanismo de tipo cañón para formar una masa crítica. Esto desató una reacción en cadena de fisión nuclear, liberando una enorme cantidad de energía en una fracción de segundo.

Se estima que sólo alrededor del 1.4% del uranio se fisionó efectivamente, pero fue suficiente para matar a más de 70,000 personas instantáneamente, con miles más muriendo posteriormente por heridas y enfermedades relacionadas con la radiación.

Fat Man: la bomba de plutonio

Tres días después, el 9 de agosto, Estados Unidos lanzó «Fat Man» sobre Nagasaki desde el bombardero Bockscar. A diferencia de «Little Boy», esta bomba utilizaba plutonio-239 como material fisionable. Contenía unos 6.2 kilogramos de este elemento, creado artificialmente en reactores nucleares.

El diseño era más complejo: se utilizó un método de implosión. Explosivos convencionales comprimían una esfera de plutonio, logrando alcanzar una masa crítica y desatar una reacción nuclear aún más eficiente que la de «Little Boy». A pesar de que la bomba fue menos eficiente en términos de destrucción directa, Nagasaki sufrió una devastación igualmente catastrófica, con un estimado de 40,000 muertos inmediatos.

Más allá de los números

Ambas bombas también contenían otros materiales clave: explosivos convencionales para detonar la carga nuclear, componentes electrónicos de temporización, y estructuras metálicas especiales que soportaban el impacto del lanzamiento y aseguraban la correcta activación del mecanismo.

Aunque su peso físico era de apenas unos cientos de kilogramos de material fisionable, el poder liberado por la fisión de átomos transformó la energía contenida en la materia en una fuerza de destrucción masiva, equivalente a decenas de miles de toneladas de TNT.

Legado y reflexión

Las bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaki no solo contenían uranio y plutonio: estaban cargadas de las tensiones políticas, científicas y éticas de una era. Su uso marcó el final de la Segunda Guerra Mundial, pero también el inicio de la era nuclear, una etapa de la humanidad donde el conocimiento científico comenzó a tener consecuencias irreversibles a escala planetaria.

Seguiremos informando.

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