
Esta mañana, como todos los miércoles, el padre Jesús Priego, vocero de la Arquidiócesis de San Luis, habló de los múltiples temas que se presentaron la semana pasada en la capital potosina, de los cuales destaca el primer informe del gobierno municipal llevado a cabo en el Centro de la Artes en la Calzada de Guadalupe, que, dicho sea de paso, colapsó la vialidad en la zona por la llegada de los fifís al recinto cultural.
El padre Priego aseguró que aún falta mucho que hacer en la capital, sobre todo en temas de inseguridad y de vialidad; sin embargo, al momento de preguntarle sobre la comida organizada por el propio Nava, en contubernio con su secretario general, Sebastián Pérez y su tesorero, Rodrigo Portilla, para todos los asistentes al informe, y donde por supuesto serían solo “personalidades” de la alta sociedad, excluyendo a sus votantes, ciudadanos y colonos, el clérigo aseguró que tenía que ser necesario organizar algo de tal magnitud ya que, “no podemos hacer venir a alguien y no ofrecerle nada”, aseguró Jesús Priego, como si fuera obligación de parte del alcalde agradecer las atenciones de sus invitados por asistir a su aburrido discurso.
La comida se llevó a cabo después del informe en el Centro de Convenciones; el pase repartido era personal e intransferible, por lo que solo algunos afortunados pudieron asistir al banquete que, según el propio Portilla, ascendió a más de 150 mil pesos, dejando en claro que la administración de Xavier Nava Palacios no conoce el concepto de austeridad.
El padre Priego agregó que ofrecer nada a cambio sería faltar a las normas de cortesía, pero no tomó en cuenta que el alcalde Xavier Nava, al derrochar esa cantidad de dinero para complacer a sus amigos, le fue descortés a todos los potosinos que siguen sufriendo los embates de la delincuencia, los baches, la oscuridad en las colonias y la falta de agua.