El sudor es una respuesta natural del cuerpo humano que cumple funciones vitales para nuestra salud. Contrario a lo que muchos piensan, no es un simple signo de calor o ejercicio físico, sino un mecanismo complejo que ayuda a regular la temperatura corporal.
Según la Mayo Clinic, una de las principales instituciones médicas de Estados Unidos, el cuerpo humano produce sudor principalmente como una forma de enfriamiento. Cuando la temperatura interna se eleva, las glándulas sudoríparas especialmente las écrinas, que se encuentran en casi toda la piel secretan agua con sales (principalmente sodio) en la superficie de la piel. Al evaporarse, este líquido disipa el calor y reduce la temperatura corporal.
El Instituto Nacional de Salud (NIH, por sus siglas en inglés) también indica que el sudor puede activarse por factores como el estrés, la ansiedad o ciertos alimentos picantes, ya que otras glándulas las apocrinas, ubicadas en áreas como las axilas están relacionadas con respuestas emocionales.
Además de regular la temperatura, sudar también ayuda a eliminar pequeñas cantidades de toxinas y a mantener la piel hidratada, aunque su función desintoxicante es limitada en comparación con órganos como el hígado o los riñones.
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