Las canas aparecen principalmente como consecuencia del envejecimiento natural del cabello. Con el tiempo, los folículos pilosos van perdiendo la capacidad de producir melanina, el pigmento que le da color al cabello. Esta disminución en la producción de melanina provoca que el cabello se torne gris, plateado o blanco, un proceso que es parte del ciclo biológico normal.
Además de la edad, la genética juega un papel fundamental en la aparición de las canas. Cada persona tiene un patrón heredado que determina cuándo y cómo comenzarán a aparecer. Un gen llamado IRF4 está relacionado con la producción y regulación de melanina, lo que influye en la predisposición a tener canas prematuras. También existen factores externos, como deficiencias nutricionales, enfermedades autoinmunes y hábitos poco saludables, que pueden acelerar este proceso.
El estrés es otro factor importante que puede contribuir a la aparición de las canas. Estudios recientes han demostrado que el estrés activa el sistema nervioso simpático, liberando sustancias químicas que agotan las células madre responsables de la producción de melanina en los folículos pilosos. Esto provoca que el cabello pierda su pigmento más rápidamente, aunque algunos estudios sugieren que si se elimina el estrés, el cabello podría recuperar su color original.
Aunque el proceso es natural e inevitable, ciertos hábitos como mantener una buena alimentación, evitar el estrés excesivo y cuidar el cabello pueden ayudar a retrasar su aparición y mantener un cabello saludable por más tiempo.
