
Aunque parezca contradictorio, muchas personas se despiertan sintiéndose cansadas a pesar de haber dormido durante varias horas. Este fenómeno puede deberse a varios factores que afectan la calidad del sueño.
Uno de los motivos más comunes es la interrupción del ciclo del sueño, especialmente si se despierta durante la fase de sueño profundo. Además, los trastornos del sueño como la apnea, el insomnio o el síndrome de piernas inquietas pueden impedir un descanso reparador.
El estrés, la mala alimentación, el consumo de alcohol o cafeína antes de dormir, e incluso el uso excesivo de pantallas también influyen en la calidad del sueño. Dormir muchas horas no garantiza descanso si esas horas no son continuas ni en un ambiente adecuado.
Por ello, más que la cantidad, lo importante es la calidad del sueño. Mantener horarios regulares, evitar estimulantes antes de acostarse y crear un entorno propicio para dormir son claves para despertarse con energía.
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