
Inmerso en la madre de todas las crisis, el gobierno federal enfrenta a la generación Z, la misma que fue fundamental para llevarlos al poder en 2018 y que hoy levanta la voz para exigir justicia y paz, combate a la corrupción, honestidad, democracia y atención al pueblo bueno que fue olvidado por el movimiento que prometió un cambio que no llegó.
A punto de tocar fondo, el gobierno de Morena, de la mano de Claudia Sheinbaum, no solo tiene al pueblo enojado por la inseguridad y la violencia, por la desaparición de personas, las extorsiones, la corrupción en todos los niveles y el gobierno de grupos delictivos en, al menos, el 80 por ciento de los ayuntamientos del país.
“Fuera Morena”, gritaron los manifestantes Z; los campesinos que ven cómo el gobierno los abandona a su suerte; con rabia y dolor, la familia del alcalde de Uruapan, Carlos Manzo, también desfiló en las calles de la Ciudad de México. Su madre, con el dolor a cuestas, pidió justicia, pero su voz no llega a las autoridades.
Claudia Sheinbaum, la presidenta de México, ha dado la espalda al pueblo, igual que Carlos Salinas de Gortari, el villano favorito del obradorismo, ni ve ni oye que el pueblo ordena que castigue la corrupción, que rompa la complicidad con los grupos delictivos y que reinstaure la paz y el orden en este México que llora lágrimas de sangre por los desaparecidos, los jóvenes asesinados, las mujeres ejecutadas y los niños vejados.
La crisis que libra el gobierno es el punto de quiebre para la primera mujer presidenta, que no solo enfrenta el enojo social; enfrenta a una fiera herida: su antecesor, Andrés Manuel López Obrador, vulnerado en su honestidad tras descubrirse diversos casos de corrupción en los que están implicados sus hijos, tales como Segalmex, el Tren Maya, Pemex y el huachicol fiscal, entre otros.
La promesa que hizo Morena fue tan grande que la decepción es descomunal. Echarle la culpa al pasado ya no es opción; señalar a los periodistas tampoco, porque la realidad es contundente.
La presidenta está en un punto de quiebre, atrapada y sin salida, evadida y en manos de propagandistas agotados, a punto de saltar del barco, porque estamos al borde de la ingobernabilidad, que solo podría resolverse con una derrota en la revocación de mandato de 2027. Y no será la ultraderecha ni los antiguos oligarcas: será la generación Z la que sacará a Morena del poder.
P.D.1.- La testigo clave del asesinato del joven estudiante de la Facultad de Estomatología de la UASLP, Jorge Dávila, es, según versiones de estudiantes universitarios, una joven que habría salido con él tras una fiesta que se realizó en el restaurante La Legendaria el viernes 7 de noviembre. La chica hace gran despliegue de poder económico y se cree que los autores materiales del homicidio son dos de sus guaruras, que son quienes se habrían subido al coche para poner fin a la vida de Jorge. La paciencia de la comunidad universitaria se agota.
P.D.2.- El presidente municipal de Catorce, Javier Sandoval, alias “El Viejito Verde” o “El Wody”, fue a Querétaro a buscar cantereros para hacer una escultura de San Francisco de Asís en el Cerro del Orégano, en Real de Catorce. Se ve que el hombre no sabe que en San Luis Potosí tenemos cantereros de clase mundial. Es obvio, el señor es de Michoacán.
P.D.3.- Los militares jubilados y pensionados trabajan en un movimiento por la recuperación de sus derechos laborales, como seguros médicos, aumentos a sus pensiones en el mismo rango que se otorga a los salarios de los elementos activos y el pago de pensiones al 100 por ciento a deudos de militares que mueren en cumplimiento de su deber. Cada día suman más simpatías a su causa.
P.D.4.- Palomita para Luis Fer Alonso y todo el equipo que hizo posible el éxito en el medio maratón de la ciudad. El director de deportes del Ayuntamiento es, sin duda, de los mejores y más eficientes cuadros del Galindato.
Hasta la próxima.