
El Centro Histórico de San Luis Potosí, uno de los más bellos de México, que según el alcalde Nava, es Patrimonio Cultural de la Humanidad, está, además de invadido por comerciantes ambulantes, convertido en una letrina maloliente y putrefacta, luego de que Rocío Zavala mandó instalar baños públicos en el Callejón de Iturbide, mejor conocido como el Callejón del Teatro de la Paz, en la Plaza del Carmen.
Las vacaciones que los capitalinos pagamos a la espurio titular de la Unidad de Gestión del Centro Histórico por la Madre Patria sirvieron para que la funcionaria llegara con la ideota de colocar baños públicos de plástico donde antes había comerciantes ambulantes.
Desagradable sorpresa se llevaron los amantes del Centro Histórico que encontraron tres baños portátiles instalados justo donde antes había olores a dulces, garapiñados, elotes, algodones y garnachas, pero luego del violento desalojo que sufrieron los comerciantes semifijos, ahora hay putrefacto olor a baño.
La organización Nuestro Centro está convertida en tapadera de todas las anomalías e irregularidades que se cometen contra el Centro Histórico, mientras que el INAH está sordo, ciego y mudo mientras Horacio Sánchez Unzueta y los Nava hacen con el centro de San Luis Potosí lo que les da la gana.
A alguien en el Ayuntamiento navista se le ocurrió la brillante idea de mandar retirar los baños públicos, pero estuvieron violando todas las leyes de Patrimonio Histórico, salud, y las que se les ocurran.