México es mundialmente famoso por sus majestuosas ruinas prehispánicas, pero la pirámide más grande del país y del planeta no es Chichén Itzá ni la del Sol en Teotihuacán. Esta distinción la ostenta la Gran Pirámide de Cholula, en el estado de Puebla.
Conocida también como Tlachihualtépetl (o «cerro hecho a mano»), esta colosal estructura ostenta el récord del basamento piramidal con el mayor volumen del mundo. Hoy en día, su aspecto la hace parecer una imponente montaña natural, completamente cubierta de vegetación, con una hermosa iglesia colonial, el Santuario de Nuestra Señora de los Remedios, erigida en su cima.

El gigantesco tamaño de la pirámide, con una base de 450 metros por lado, es resultado de siglos de superposiciones constructivas por parte de las civilizaciones que habitaron Cholula. Cuando los conquistadores españoles llegaron en 1519, confundieron este inmenso montículo cubierto de tierra con una elevación natural, razón por la cual se salvó de la destrucción.
Para el viajero curioso, la zona arqueológica no solo permite admirar su magnitud desde el exterior, sino también explorar el intrincado sistema de túneles excavados en su interior, que revelan las diferentes etapas de su construcción a lo largo de más de mil años.