Los pezones son a menudo ignorados en nuestro cuerpo. Siempre están ahí, y siempre han estado, pero así como algunas otras partes de nuestro cuerpo, pocas veces nos ponemos a pensar que hacen, o por que sobresalen.
Por ejemplo: ¿por que tenemos dos orificios nasales? ¿Por qué los ojos están en la cabeza y no en el pecho ? ¿Y los pezones por qué? ¿Es normal que estos «botones» conecten de esa manera con los genitales, exciten a muchas personas y puedan amamantar a los recién nacidos?
A la hora de tener sexo, ni alguien con el que me he acostado a lo largo de mi vida ni yo nos hemos enfocado en el potencial de placer de mis pezones. A pesar de poderse masajear, lamer y pellizcar, estos gestos suelen estar en el pre para luego centrarse en… otro sitio. Sin embargo, en una plática con una amiga mía, salió este tema y me hizo creer que los pezones pueden ser la atracción principal y que debería tener más en cuenta los míos.
“Para mí, la estimulación de los pezones durante el sexo, aunque pueda llegar a doler, me pone tan caliente como un vibrador en el clítoris”, confiesa. “Puede sonar raro, pero alguna vez le he dicho a mi pareja que mis pezones son como dos clítoris superiores que, por alguna razón, están en mis pechos. No soporto a las personas que se niegan a morder o pellizcarlos hasta que me retuerza un poco de dolor porque les da miedo que me puedan hacer daño. Pues que se sepa: hacerme un poco de daño es la clave de todo esto”.
Decidí contactar a un profesional para que me diera algunos consejos sobre cómo estimular los pezones sin aparatos sofisticados.
Buscaba una clase sencilla y accesible sobre la masturbación de los pezones, por lo que elegí a Anne Hodder, una amable educadora sexual de Los Ángeles, ya que podía guiarme un poco sobre el tema. Empezó advirtiéndome que la estimulación de los pezones no es para todo el mundo, ya que algunas personas los tienen “muy sensibles” y pueden sentir dolor, mientras que otras ni siquiera sienten algo (por eso te sugiero hablar con tu pareja para determinar si puedes llevarlo a la práctica).
“Una investigación fascinante ha demostrado que, en las personas con vulva, existe una relación entre el clítoris y los pezones —la parte del cerebro que se activa con la estimulación del clítoris es la misma que se activa con la de los pezones. Al combinar ambas, se puede aumentar la sensación, tanto de un orgasmo más rápido como de una liberación más potente”.
Como buena mujer que simplemente está intentando mejorar a la hora de darse placer a sí misma, le pedí a Hodder algunos ejercicios específicos que pudieran provocar ese placer en los pezones que siento cuando alguien juguetea con mi cuerpo. Una vez, un hombre al que odio hizo algo con los dedos pulgar y meñique —piensa en el gesto que simula una llamada o en el saludo de Ronaldinho— que le permitía masajear en círculos ambos pezones a la vez mientras hacía otra cosa con la otra mano. Siempre voy a querer repetir esa sensación.
Su primera recomendación fue tan brillante como evidente: ¡el lubricante también se usa con los pezones! Además, señala que se debería tratar a los pezones “como un clítoris sensible o el glande de un pene”, de manera que se pueda aumentar la sensación de placer cuando se utiliza el lubricante.
Además, me comentó sobre cuatro movimientos que pueden ser realizados sobre un pezón:
- Da lentos masajes circulares con la yema de los dedos alrededor de las areolas y los pezones, como si estuvieras girando un disco en un tocadiscos. Si la cosa va bien, puedes aumentar el ritmo, pero ten cuidado con los arañazos.
- Mueve toda la palma de la mano por toda la zona de arriba a abajo, desde la muñeca hasta la punta de los dedos.
- Si la areola es menos sensible que los pezones, limítate a usar las yemas de los dedos para hacer círculos más pequeños en las puntas de los pezones y añade un suave pellizco para darle vida al movimiento.
- Haz el saludo vulcano de Star Trek, echa lubricante de silicona y masajea todo su pecho con el pezón colocado en medio de la V que forma tu mano. Cada vez que muevas la mano, apretarás el pezón contra tus dedos y podrás decidir cuánta presión vas a querer hacer (para todos aquellos que no puedan hacer este gesto, también funciona haciendo la V con los dedos).
Los he probado todos con lubricante y sólo puedo decir “¡wow!”. ¡Los dedos pueden crear varias formas y provocar muchas sensaciones! La idea de que los pezones pueden ser también clítoris me abrió los ojos.
De momento, me alegro de haber aprendido (y practicado, también) estos nuevos movimientos manuales y de haber comenzado un viaje vital en el que estoy reeducando a mis pezones. Si alguna vez decido volver a practicar sexo, espero introducir algo de toda esta magia.
Este artículo se publicó originalmente en VICE US.