
Martes 2 de septiembre, CDMX.- El pastel de plátano es un postre muy popular en diversas partes del mundo, preparado principalmente con plátanos maduros y ingredientes comunes en la repostería como harina, azúcar, huevos y mantequilla.
La versatilidad de esta receta permite que pueda presentarse en varias formas, desde bizcochos simples hasta pasteles de capas, muffins o cupcakes, incluso cocidos al vapor en algunas culturas asiáticas. Su textura húmeda y sabor dulce lo convierten en un favorito familiar que aprovecha los plátanos maduros para evitar desperdicio.
En cuanto a su origen, existen varias versiones que remontan sus raíces a distintas épocas y regiones. En Mesoamérica, los pueblos indígenas ya consumían plátanos y los utilizaban en preparaciones sencillas mucho antes de la conquista española.
Durante la época colonial, la receta evolucionó con influencias europeas que añadieron ingredientes como la canela, vainilla y azúcar, adaptándose a los recursos locales y gustos regionales. Más tarde, en Estados Unidos a principios del siglo XX, la popularización del «banana bread» aprovechaba plátanos sobremaduros durante la Gran Depresión, convirtiéndose en un símbolo de economía doméstica y creatividad culinaria.
La preparación del pastel de plátano consiste en machacar o hacer puré los plátanos maduros para mezclarlos con una masa base que incluye harina, azúcar, huevos y mantequilla o aceite. Se pueden agregar ingredientes adicionales como nueces, chocolate o especias para enriquecer el sabor y la textura del pastel.
Tradicionalmente, se hornea hasta que esté cocido internamente y se puede decorar o glasear al gusto, incluso con opciones que combinan bebidas alcohólicas para un toque especial.