Al menos 15 personas murieron y 27 resultaron heridas este martes tras dos atentados suicidas en Pakistán, uno frente a un tribunal en Islamabad y otro contra un colegio militar en el noroeste del país. Los ataques han elevado la tensión entre Pakistán y Afganistán, naciones que mantienen un creciente conflicto fronterizo.
El primer atentado ocurrió a las 12:39 horas locales frente al tribunal de distrito de la capital. Según el ministro del Interior, Mohsin Naqvi, el agresor intentó ingresar al recinto judicial, pero al ser detectado detonó los explosivos cerca de un vehículo policial. Imágenes difundidas por medios locales muestran cuerpos ensangrentados junto a una furgoneta en llamas.
Una facción disidente de los talibanes paquistaníes, Jamaat-ul-Ahrar (JuA), reivindicó el ataque, asegurando que su objetivo eran jueces y abogados que “emiten veredictos no islámicos”. El grupo principal, Tehreek-e-Taliban Pakistan (TTP), se deslindó del atentado, mientras el Gobierno talibán de Afganistán emitió un comunicado condenando la violencia.
Horas después, otro ataque suicida golpeó el Cadet College Wana, un colegio militar en Waziristán del Sur, cerca de la frontera afgana. Tres personas murieron y cientos de cadetes quedaron atrapados mientras las fuerzas de seguridad intentaban retomar el control del recinto. Según el Ejército, los atacantes embistieron con un vehículo cargado de explosivos la puerta principal e intentaron ingresar armados al interior del colegio.
Naqvi aseguró que “Afganistán está directamente involucrado” en el atentado al colegio, una afirmación que agrava la ya delicada relación bilateral. De acuerdo con las fuerzas de seguridad, uno de los atacantes fue identificado como ciudadano afgano, y el análisis de un teléfono hallado en el lugar reveló comunicación constante con contactos en territorio afgano.
Pakistán ha registrado un repunte de la violencia insurgente desde el regreso de los talibanes al poder en Afganistán en 2021. Los ataques de este martes son los más graves en años y marcan el primer atentado contra civiles en Islamabad en una década, un golpe que reaviva el temor a una nueva ola de terrorismo en la región.
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