
En un mundo cada vez más consciente del impacto ambiental del turismo, recorrer destinos emblemáticos en bicicleta se ha convertido en una alternativa ideal para explorar paisajes naturales, monumentos históricos y rincones culturales con una huella ecológica mínima. Desde América hasta Europa, estas ocho rutas ofrecen una experiencia única para quienes buscan conocer el mundo a pedales y en sintonía con el entorno.
Uno de los clásicos urbanos es Central Park, en Nueva York, con más de 75 kilómetros de senderos que serpentean entre lugares icónicos como el Castillo Belvedere y el memorial Strawberry Fields. Para los amantes de la naturaleza más agreste, el Circuito Chico en Bariloche, Argentina, ofrece 32 kilómetros entre lagos cristalinos, montañas y el histórico hotel Llao-Llao.
En Uruguay, la ciudad histórica de Colonia del Sacramento invita a pedalear entre adoquines, visitando sitios como la Plaza de Toros, la capilla San Benito y la rambla sobre el Río de la Plata. Más al oeste, en Chile, los viñedos del Valle de Apalta ofrecen una ruta breve entre bodegas, ideal para combinar el ciclismo con degustaciones de vino local.
En la Ciudad de México, el Bosque de Chapultepec se convierte en un oasis dentro del caos urbano. Considerado uno de los pulmones verdes más importantes de América Latina, sus senderos permiten un recorrido lleno de historia, arte y naturaleza que incluso puede culminar en el Centro Histórico.
En Europa, la campiña holandesa, con salida desde Ámsterdam, es perfecta para cruzar paisajes de molinos, canales y pueblos tradicionales neerlandeses. En España, la Senda del Oso, en Asturias, transforma una antigua vía ferroviaria en un recorrido de 20 kilómetros lleno de vegetación y ríos cristalinos. Finalmente, en Italia, el Lago di Fiastra, dentro del Parque Nacional de los Montes Sibilinos, ofrece una travesía con paisajes montañosos ideales para los amantes del ciclismo de aventura.
Ya sea en la ciudad, entre viñedos o en rutas de montaña, estas ocho propuestas permiten descubrir el mundo con una mirada más sostenible, activa y cercana a la esencia de cada lugar.