Jesús tiene siete años, le gusta la clase de Educación Física y también Español, pero ir a la escuela se ha convertido en una verdadera pesadilla. En lugar de aprender, teme, ello como resultado de las constantes agresiones de las que ha sido víctima por parte varios de sus compañeritos y de la omisión de los docentes responsables quienes, en vez de atender la problemática de bullying que existe en la Escuela Primaria Alfredo Sánchez García, ubicada en el fraccionamiento Molinos del Rey, han evadido la realidad y permitido que el fenómeno siga creciendo.
Tanto ha crecido la violencia que, en los últimos días, las agresiones pasaron de lo verbal a lo físico. Esta semana, según explica el padre de niño, un empujón lo dejó inconsciente por un buen rato. El golpe lo dejó desorientado, al grado de que fue necesario llevarlo al hospital, donde, por fortuna, los médicos descartaron daño cerebral, pero el miedo permanece.
“Intentaron hacerlo pasar como un accidente. Están encubriendo lo que pasa dentro de la escuela” denuncia el padre del menor quien explica que Jesús ha sido víctima constante de violencia física y verbal por parte de sus compañeros y, aunque se ha denunciado la situación en repetidas ocasiones, no ha habido una respuesta efectiva por parte de la maestra del grupo ni del Sistema Educativo Estatal Regular (SEER), al que pertenece el plantel.
Este no es el primer incidente. Golpes, insultos y empujones forman parte del historial de acoso que el menor ha vivido desde hace tiempo. Incluso fueron reportados durante la gestión anterior de la escuela, sin consecuencia alguna. Para su familia, la falta de continuidad en la dirección escolar agrava la situación a lo que se suma la negligencia de las autoridades competentes para atender y erradicar de fondo la problemática.
El caso de Jesús vuelve a encender las alarmas sobre el acoso escolar en San Luis Potosí y deja en evidencia la urgencia de medidas reales para proteger a los niños dentro de las aulas. Mientras tanto, él sigue esperando algo tan básico como es el poder ir a la escuela sin miedo.
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