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Naturales, artificiales

Por Carlos Pérez García

Las inteligencias se veían bastante naturales, al igual que las torpezas o limitaciones mentales, salvo cuando se incrementaban un poco con experiencias y lecturas, en el primer caso, o con embrutecimientos al no ser cultivadas por medio de prácticas y estudios, en el segundo.

Pero ahora las hay artificiales… Aunque todo viene desde inventos como la rueda, es a partir de la computadora y los teléfonos inteligentes (smart phones o celulares avispados) que se ha insistido en poner ese apelativo a las tretas o mejoras que ha desarrollado el ser humano para tratar de superar desafíos y complementar sus esfuerzos.

Al imitarla, estos programas informáticos ejecutan operaciones semejantes a las de la mente humana: procesar datos acumulados, razonar con lógica, aprender de la experiencia, evolucionar de manera constante… En esencia, digamos, incluyen series de indicaciones o pasos definidos en cierto orden (o sea, algoritmos) que resuelven problemas.

No es magia, claro, son sólo herramientas que pueden ser muy útiles para diversos propósitos y las hay de muchos tipos. Todo esto va a ser crucial en el gran combate entre democracia y totalitarismo.

Susanita le pregunta a Mafalda ¿Te preocupas por el avance de la inteligencia artificial? Y ésta le contesta ¡No! Me preocupa más el retroceso de la inteligencia natural.

Pero, ojo, es evidente que, ante las posibilidades de mal uso, se requieren no sólo normas legales sino también debates y duras decisiones de cara a distintas amenazas; sobre todo, por la capacidad de sus algoritmos para aprender y cambiar por sí mismos.

Veremos.

* ESO DE CÓMO VESTIRSE es un símbolo que puede resultar muy relevante. Serían los casos de los uniformes de los ejércitos que se enfrentan, de los médicos o enfermeras, de los huéspedes de prisiones, de los alumnos de educación básica, de los grandes o humildes equipos de futbol (incluidos los de camiseta contra los encuerados), de los meseros que no deben confundirse con invitados elegantes, o de empresas y trabajadores que buscan evitar accidentes con ayuda de colores y cintas reflejantes.

Un señor que fue escogido por otro para presidir la Suprema Corte, dice que a él lo eligió “el pueblo” y quiere desechar allí el uso de las togas con apoyo del partido que operó su “triunfo”. Sin embargo, estas prendas sobrepuestas que vienen de la Antigua Roma y en la SCJN se usan desde hace casi 85 años, son como uniformes que igualan a los ministros entre sí y, a su vez, los ubican en su alta responsabilidad frente a otros. El mestizo oaxaqueño Hugo Aguilar acredita que es sumamente mañoso y mentiroso, con rencores o prejuicios sociales y raciales que lo desubican y generan inquietudes sobre su posible desempeño en la máxima instancia de justicia del país.

Leo que los ministros personifican un encargo superior: encarnan la Ley, que debe estar por encima de todos, con la misma investidura sobre la vestimenta habitual de hombres y mujeres, sin distinciones de raza o alguna condición social o religiosa. No es cuestión de clasismo, sino de igualdad entre ellos y de distinción de funciones.

Y agrega otras ideas como la de llevar la Corte alrededor del país para “acercarla al pueblo”, lo cual confirma que no tiene idea de qué se trata todo esto. Su todavía influyente amigo y promotor nunca se ha distinguido por seleccionar gente apta y sensata, y sus pretensiones son golpes demagógicos, ni siquiera políticos, en contra de la imparcialidad y sobriedad e inducen a conductas que invocan respeto y distancia de intereses sectarios.

México debe evitar fatídicas desviaciones y simulaciones, pero en esta objetada elección judicial continúa el escándalo de la forzada validación del INE. Los morenistas afirman que sus juzgadores fueron elegidos por lo que llaman el pueblo (ellos mismos, en realidad).

Se confirma, oigan, el proyecto de regresar a un régimen en el que el gobierno lo controla todo, y los ciudadanos tenemos los derechos que nos quiera conceder. Se dice que volvemos a los tiempos de Díaz Ordaz y Echeverría (incluso peores, pienso yo), aunque nos aseguren que son avances.

* ¿ES ATACAR A IRÁN una peligrosa apuesta de Israel? Algo hay de eso, sin duda. Pero este país suele actuar con inteligencia (de la natural y la de sus agentes secretos del Mossad): sintió que ya debía impedir que un amenazador fanatismo religioso pueda contar con armas nucleares. Y, en el mundo, numerosos gobiernos han estado de acuerdo.

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@cpgarcieral

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