
Sin lugar a dudas, la mentira en la adolescencia es una de las cosas que más preocupa a los padres. Si bien puede esconder diversas razones, en general es un escenario temido debido a la complejidad que acarrea esta etapa.
Los primeros interrogantes
¿Qué es mentir? ¿No decir la verdad u ocultarla? ¿Debe existir cierta animosidad en no decir la verdad para que consideremos estar frente a una mentira? ¿Qué ocurre cuando son los padres quienes mienten?
¿Hay acaso mentiras grandes y mentirillas? ¿O todas, aún las más pequeñas e inofensivas, tienen el mismo valor? Estas y otras preguntas son las que a menudo nos hacemos cuando estamos frente a un escenario en el que la mentira es posible.
En ocasiones se nos aparecen de un modo más velado y, en otras oportunidades, la mentira en la adolescencia se da de forma agazapada, esperando filtrarse por algún espacio.
Rol de los padres
Los padres… ¿pueden hablar con sus hijos respecto de este tema?¿Cómo pueden evitar que la mentira aparezca? Así como los niños no nacen de un repollo, las mentiras tampoco y registran una historia y trayectorias.
Durante la niñez, los infantes pueden confundir la realidad con la fantasía y dan rienda suelta a la imaginación. Podría interpretarse que estas historias albergan ciertos espacios mentirosos, pero la motivación es inocente y en la medida que el niño crece este tipo de juego desaparecerá.
El problema es cuando el niño entiende que a través de la mentira puede obtener algo como, por ejemplo, un beneficio secundario.
Mentira en la adolescencia: escenarios posibles
Otras ocasiones en las cuales la mentira puede estar presente es cuando existen por parte de los padres restricciones muy severas a las salidas y permisos, o una mirada angustiosa frente a la existencia de dificultades como podrían ser la entrega de las calificaciones escolares o el “hallazgo accidental” de un cigarrillo en su mochila.
Los centros educativos se encuentran atravesando un periodo de adaptación ante las nuevas formas de interacción que se producen en la relación del estudiante con su entorno.
En su investigación, la autora describe la conducta de simulación o fingimiento durante la adolescencia, y analiza el comportamiento de simulación como resultado de las necesidades de supervivencia del menor en la sociedad en la que vive.
¿Cuándo es preocupante la mentira en la adolescencia?
Las mentiras – cuando son ocasionales – no tendrían por qué ser preocupantes, pero sí encender algunas alertas para que no se cristalicen. Es necesario intervenir cuando se convierten en hábito.
¿Por qué la adolescencia?
La adolescencia es una etapa de búsqueda de la propia identidad, de autonomía, independencia y de diferenciación con los padres. Por eso, hay muchas ocasiones en las que los deseos de los adolescentes no coinciden con los de los padres, y eso es terreno propicio para la aparición de las mentiras.
En resumen
- La mentira en la adolescencia nos puede indicar que el joven no ha encontrado aún su camino y que mentir le otorga o presta una identidad.
- Es esencial destacar que los atajos desarrollados por la mentira muchas veces parecen ser soluciones fáciles, pero son efímeras y, por ende, perjudiciales.
Artículo de Irene Nora Melamed
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