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[VIDEO] “Me puso una pistola en la cabeza»: mujer de 73 años denuncia a su hijo por violencia y amenazas

* La víctima permanece con temor a regresar a su hogar, las autoridades aún no detienen a su agresor

Ciudad Valles, S.L.P. — Con la voz quebrada y las lágrimas contenidas, la señora María Petra Valentín Muñoz, de 73 años de edad, relató el infierno que vivió el pasado mes de abril cuando su propio hijo, Luis Gerardo Coronado, la agredió físicamente, la amenazó de muerte y la mantuvo retenida por varias horas dentro de su vivienda.

“Me puso una pistola en la cabeza y me dijo que me iba a matar, que me aventaría a un lote baldío”, expresó entre sollozos la mujer, quien recordó que aquel episodio de violencia también alcanzó a su nuera —esposa del agresor—, quien fue golpeada y pateada brutalmente.

Por su edad y condición física, doña María Petra apenas pudo escapar y pedir ayuda, mientras el miedo la paralizaba ante la posibilidad de que su hijo cumpliera sus amenazas. Desde entonces, se refugia en la casa de otro de sus hijos, quien la cuida y protege, aunque confiesa que vive con el temor constante de que su agresor vuelva a buscarla. “Tengo miedo, no vuelvo a mi casa, tengo miedo de que me mate…”, rompió en llanto de nuevo la señora María Petra. “Ya no quiero regresar, tengo el recuerdo de que me golpeó ahí. Aunque no me quiera hoy lo recuerdo porque está cumpliendo años, pero ya no lo quiero ver…”.

A través de la Defensoría Social Municipal, la víctima fue auxiliada para presentar la denuncia correspondiente ante las autoridades competentes. También se le brindó atención médica y psicológica para tratar las lesiones en el cuello y el trauma emocional derivado del ataque.

Sin embargo, a más de cinco meses de los hechos, el agresor sigue en libertad, lo que mantiene a la adulta mayor en un estado de angustia y desprotección. “Parece que están esperando a que me vuelva a hacer daño o cumpla su amenaza de matarme para actuar”, lamentó.

Desde la Defensoría Social, su titular confirmó que el caso continúa en seguimiento, reiterando el compromiso de la institución con las víctimas de violencia, especialmente con las personas adultas mayores que muchas veces callan por miedo o vergüenza.

Hoy, María Petra dice llorar por un hijo que le dejó cicatrices en el cuerpo y en el alma. “Es mi sangre, pero me duele decir que tengo miedo de él”, concluyó con la mirada perdida, esperando que la justicia algún día le devuelva la paz.

Seguiremos informando.

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