
San Luis Potosí.— El mundo del cine despide a Robert Redford, una de las figuras más influyentes de Hollywood, cuya trayectoria lo llevó de ser un actor icónico a consolidarse como un director de prestigio y un férreo defensor del cine independiente.
A lo largo de su carrera, participó en más de 50 películas, consolidándose como una estrella en la industria del entretenimiento. Como director alcanzó la cúspide al recibir el premio Oscar por la cinta Ordinary People (Gente corriente), obra que lo posicionó entre los grandes creadores de la cinematografía mundial.
Redford no solo brilló en la pantalla grande, también dejó un legado institucional al fundar el Festival de Cine de Sundance, un espacio que dio visibilidad y proyección internacional a los cineastas independientes, cambiando el rumbo de la industria al abrir camino a nuevas voces y estilos narrativos.
Su fama internacional le permitió elegir con libertad los proyectos en los que participaba, los cuales solían contener una visión marcada por su pensamiento liberal y sus convicciones políticas. Además de su carrera artística, Redford dedicó parte importante de su vida a la defensa de causas sociales y ambientales, con especial énfasis en la protección del medio ambiente y en la promoción de los derechos de los pueblos originarios de Estados Unidos.
Con su partida, Hollywood pierde a un artista multifacético y a un activista comprometido, cuya influencia seguirá vigente tanto en la historia del cine como en la lucha social y cultural que impulsó durante décadas.
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