Axtla de Terrazas, S.L.P.- En medio de un año marcado por la escasez de lluvias, con afectaciones severas en cultivos, muerte de ganado, bajos niveles en ríos y presas, la esperanza se mantiene viva en el corazón de las comunidades de la Huasteca. La fe, una vez más, se convirtió en fuerza de unidad, y en Tenexcalco, Axtla de Terrazas, los fieles católicos vivieron un momento que consideran un verdadero regalo del cielo.
Durante su visita pastoral, el obispo de la Diócesis de Ciudad Valles, Roberto Yenny García, celebró una misa donde pidió oraciones por la lluvia, pronunciando con firmeza: “Pidamos a Dios la lluvia. No importa que nos mojemos al regresar a casa”.
Tras una hora de celebración eucarística, el clima cambió repentinamente, y comenzó a sentirse una precipitación que muchos recibieron como una respuesta divina. “Gracias, Señor, por la lluvia, gracias”, exclamó el obispo, visiblemente emocionado, mientras los asistentes celebraban con alegría el suceso.
La Huasteca potosina atraviesa una de las sequías más extremas de los últimos años. El campo ha sufrido severos daños, los mantos acuíferos se han visto reducidos, y muchas familias han enfrentado pérdidas importantes. Por ello, la Iglesia Católica ha convocado a jornadas de oración, celebraciones y misas dedicadas a pedir por lluvias abundantes que devuelvan la vida al campo y alivien el sufrimiento de la gente.
Desde hace meses, misas especiales se han celebrado incluso a la orilla del río Valles, encabezadas por otros sacerdotes que, con alabanzas y plegarias, piden a Dios por el milagro de la lluvia en toda la región. La oración es, para muchos, su mayor herramienta en medio de la adversidad.
Aunque en Tenexcalco la respuesta fue inmediata, las cadenas de oración continuarán, movidas por la fe y el deseo profundo de ver a la naturaleza florecer de nuevo. Los fieles de Axtla y de toda la región seguirán unidos, convencidos de que cada oración es una semilla de esperanza.
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