
La alimentación es uno de los pilares fundamentales de la salud. Comer bien no solo implica saciar el hambre, sino nutrir al cuerpo de forma adecuada para prevenir enfermedades, tener más energía y mejorar el bienestar general.
Nutriólogos y especialistas en salud pública coinciden en que una alimentación balanceada debe incluir frutas, verduras, cereales integrales, proteínas magras y grasas saludables. También recomiendan reducir el consumo de azúcares, sal y productos ultraprocesados, que han sido relacionados con enfermedades crónicas como la diabetes, la obesidad y la hipertensión.
“La clave está en comer variado, en porciones adecuadas y en horarios regulares. No se trata de hacer dietas extremas, sino de generar hábitos sostenibles que ayuden al cuerpo a funcionar mejor”, señaló la nutrióloga Daniela Contreras.
Otro de los factores importantes para mejorar la alimentación es mantenerse bien hidratado, preferiblemente con agua simple, y evitar bebidas azucaradas o alcohólicas. Además, preparar los alimentos en casa permite controlar los ingredientes y evitar el exceso de grasas o condimentos.
Incluir más alimentos frescos y de temporada, así como leer las etiquetas de los productos que se compran en el supermercado, son también recomendaciones básicas para quienes buscan hacer cambios positivos en su dieta.
Los especialistas también invitan a que la alimentación se acompañe de ejercicio regular, descanso adecuado y manejo del estrés, ya que todos estos elementos influyen en la salud de forma integral.