El olor rancio en los trapos de cocina no es solo una molestia desagradable, sino una señal clara de que bacterias nocivas están proliferando en el tejido húmedo; aunque en internet es común encontrar el truco de calentar paños en el microondas para esterilizarlos, los expertos advierten que esta práctica es peligrosa y puede causar incendios o accidentes domésticos.
Para mantener una higiene real, la clave reside en la prevención: separar los paños según su uso (manos o superficies), aclararlos con agua después de cada tarea y extenderlos siempre en lugares con buena ventilación para evitar la acumulación de humedad.

Para una limpieza profunda que elimine la grasa y los microorganismos, se recomienda lavar los textiles de algodón a temperaturas superiores a los 60 °C con detergente en polvo. En el caso de los paños de microfibra, al ser sintéticos, se debe optar por agua tibia para no dañar las fibras.
Un consejo fundamental es evitar el uso de suavizantes, ya que estos crean una capa cerosa que atrapa las bacterias en el tejido. Si el mal olor persiste tras el lavado, un «tratamiento de choque» con una mezcla de agua caliente, bicarbonato y vinagre blanco puede desincrustar la suciedad más rebelde gracias a sus propiedades desinfectantes.

Finalmente, es crucial entender que los implementos de limpieza tienen un ciclo de vida limitado. Si tras aplicar estos métodos de desinfección el olor rancio permanece o el tejido luce muy desgastado, es momento de reemplazarlos por piezas nuevas.

