Como tutores responsables, es fundamental conocer si ciertos alimentos humanos, como el plátano, son seguros o apropiados para nuestros compañeros felinos. La respuesta técnica es que, en teoría, los gatos pueden comer plátano, pero los expertos coinciden en que esta fruta no debe formar parte de su dieta regular.
Si bien los michis podrían sentirse atraídos por su textura, debemos recordar que son carnívoros por naturaleza, con un organismo adaptado primariamente para metabolizar proteínas y grasas. Aunque los gatos no detectan el sabor dulce, el azúcar del plátano sí ingresa a su sistema, lo que requiere una regulación estricta.

A pesar de que el plátano contiene potasio y fibra, lo que podría parecer beneficioso, estos aportes son limitados y no cubren las necesidades nutricionales esenciales de los gatos, quienes requieren principalmente proteínas de origen animal.
Si por accidente o curiosidad decidimos ofrecer plátano a nuestro gato, la moderación es crucial. Se debe servir una porción muy pequeña, no más de un quinto de plátano para un adulto, retirando siempre la cáscara y cortándola en trozos diminutos para prevenir asfixia.

Es vital observar al animal tras la primera ingesta, ya que, aunque es poco común, podrían presentarse reacciones alérgicas o problemas digestivos como vómitos y diarrea.