La lluvia de meteoros más espectacular del calendario astronómico está por alcanzar su punto máximo: las Gemínidas, famosas por sus destellos coloridos y su intensidad, iluminarán el cielo entre la noche del 13 y la madrugada del 15 de diciembre. En condiciones ideales, pueden observarse hasta 120 meteoros por hora, convirtiéndola en una de las lluvias más activas y llamativas del año.
A diferencia de la mayoría de las lluvias de estrellas, las Gemínidas no provienen de un cometa, sino de los restos del 3200 Faetón, un objeto peculiar que combina características de asteroide y cometa. Este cuerpo rocoso, de unos seis kilómetros de diámetro, se acerca al Sol más que Mercurio y desarrolla una tenue cola al calentarse, aunque no está formado por hielo. Su comportamiento híbrido lo convierte en un enigma para los astrónomos y en el responsable de este espectáculo anual.
Los fragmentos que deja Faetón son más grandes y resistentes que los de los cometas, lo que produce meteoros más brillantes y coloridos. Sus características químicas explican los destellos vibrantes: calcio y silicio generan tonos naranjas; sodio y hierro, amarillos; níquel, verdes; y magnesio, azules.
Este año, las condiciones de observación serán favorables. La Luna menguante estará iluminada apenas un 25 %, dejando el cielo relativamente oscuro durante el pico. Aunque la lluvia podrá observarse desde ambos hemisferios, será más intensa en el norte; en el sur, podrá apreciarse solo durante la mitad de la noche.
Para disfrutar al máximo del fenómeno, se recomienda buscar un sitio oscuro lejos de la contaminación lumínica, llevar ropa abrigada y permitir que los ojos se adapten a la oscuridad durante 20 o 30 minutos. Solo entonces comienza realmente el espectáculo: destellos rápidos, brillantes y multicolores que parecerán surgir desde la constelación de Géminis, su punto radiante.
Las Gemínidas vuelven a recordarnos que, incluso en las noches más frías del año, el cielo guarda sorpresas que vale la pena mirar hacia arriba.
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