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[VIDEO] Indiferencia de autoridades obliga a enfermos a buscar ayuda en las calles de Valles

* Con cirrosis hepática y sin apoyos institucionales, este hombre enfrenta la intemperie y depende de la solidaridad de la gente para sobrevivir y continuar su tratamiento

Ciudad Valles, S.L.P.- Gregorio Santiago Álvarez, originario del ejido El Carrizo en el municipio de Tamuín, ha tenido que salir de su comunidad para buscar apoyo ciudadano. Con un diagnóstico de cirrosis hepática, los recursos limitados lo obligan a desplazarse varios días antes de sus citas médicas para reunir dinero suficiente que le permita cubrir estudios, medicamentos y pasajes.

En Ciudad Valles, la solidaridad de comerciantes del mercado ha sido su principal sostén: le llevan jugos verdes, gorditas o, en el mejor de los casos, dos comidas al día. “Si se da apoyo en Tamuín, es un calvario; si nos dicen que sí, hasta la gasolina tenemos que conseguir. Es muy difícil y, además, nos hacen llegar por nuestros propios medios a la cabecera municipal y todavía pagar los pasajes… eso es perder tiempo valioso para atenderse”, relata don Gregorio.

La semana pasada acudió a su cita médica, pero le indicaron que sus análisis de sangre estaban incompletos. “Con el apoyo de la gente y un poquito aquí y allá, pude sacar los que me faltaban. Mañana miércoles los recojo y el jueves voy a cita médica. Pero mejor me quedo en Valles y no gasto en pasajes…”, explica.

Para cubrir sus necesidades básicas y el transporte de regreso a Tamuín, recibe pequeñas ayudas de transeúntes y vecinos: “Hay gente que me regala unas monedas y, juntando poco a poco, tengo para pagar mis pasajes y comprar despensa y medicamentos. Por eso me quedo en Valles…”, dice.

Don Gregorio pasa las noches afuera del hospital, y al amanecer se dirige a la zona de mercados. Como no esperaba permanecer tantos días fuera de casa, trae poca ropa, que lava o cambia como puede. La noche del lunes enfrentó incluso una tormenta mientras intentaba protegerse bajo un tejado junto a perros callejeros. “Nunca me había tocado vivir así. Se siente feo cuando te agarra la lluvia a la intemperie, pero no podía ir al albergue porque se necesita dinero, y aunque tengo 30 o 40 pesos, eso lo ocupo en pasajes diarios. Hay mucha gente que se amanece aquí afuera del hospital…”, comparte con pesar.

Hace dos años, el diagnóstico de cirrosis hepática lo obligó a dejar de trabajar y depender del apoyo de sus padres, ya adultos mayores, quienes con sus pensiones ayudan a que sus hijos de 8 y 18 años continúen estudiando y tengan algo de comer.

Hoy, Gregorio apela a la buena voluntad de los vallenses desde el exterior de la parroquia Santiago de los Valles. “Estoy aquí no porque sea un lugar emblemático, sino porque tengo fe en Dios, en que voy a salir adelante. Con su apoyo voy a salir adelante y por eso estoy aquí, con la fe que tengo…”, dice, con la voz de un hombre que, a pesar del sufrimiento y la falta de apoyos, mantiene esperanza. Sus palabras deberían resonar en cada funcionario municipal o estatal que hoy prefiere mirar hacia otro lado.

Seguiremos informando.

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